Estelí, Octubre 15 de 1998
“La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”
Todas las guerras, pequeñas y grandes, ocurridas en nuestro planeta fueron producto de intereses económicos.- Este panorama se refleja repetidas veces en todas las épocas y países del mundo, unos con caracteres interno y otras con caracteres externos; así se producen las guerras nacionales e internacionales.-
Nuestro país no está excepto de ese axioma y, precisamente, en estos momentos se están viviendo diversas convulsiones sociales que si no se saben manejar debidamente, pueden llevar a una Guerra Nacional.-
El gobierno habla de reconciliación nacional y de principios de amor y paz, pero en el accionar proyecta características antipueblo.- A los trabajadores de este país ya es difícil engatusarlos; es dificultoso engañarles y mucho más complicado adormecerles con los famosos “bolis” de guaro y nacatamales del somocismo.- En Nicaragua se vivió una revolución mal lograda, pero fue un movimiento social fuerte, que dejo vicios pero también dejo virtudes.- No sería extraño ni raro, si las situaciones así lo exigieran, que volvieran a sonar los tambores de guerra.-
La ciudadanía nicaragüense es amante de la paz, odia la guerra; aun siendo víctima de la intervención yanqui que hasta la fecha persiste, el pueblo está dispuesto a cualquier sacrificio en pro de la paz y la libertad, pero jamás estará anuente o dispuesto a regresar al pasado.-
Los Ministros de Estado del actual gobierno deberían tomar en cuenta esta realidad y comenzar a dar soportes a sus dictados mediante acuerdos y consultas populares.- El gobierno autoritario del momento no ve, no escucha y está fuera de la realidad histórica.- El error puede costar muy caro.-
Las revoluciones no tienen fechas ni días señalado, no se pueden predecir ni detener, el día menos pensado estallan y entonces se hacen sentir con el rigor que les imprime la crisis social que les engendró.- Hay que abrir los ojos.- Es obvio que el gobierno del Dr. Amoldo Alemán Lacayo se está equivocando.-
miércoles, 8 de octubre de 2008
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