Estelí, 1 de Octubre de 1999
En las malas y estrechas carreteras de nuestro país, no sólo existen los peligros que las vías por su mala construcción y pésimo mantenimiento representan, sino, que a demás hay que sumarles la terrible amenaza que se sufre al estar enfrentando los incontables matones del volante.-
En nuestras carreteras transita una gran cantidad de vehículo pesado, camiones de 7 toneladas o los inmensos trenes de caucho que son los gigantescos furgones, la mayoría de estos mortíferos rodantes es conducido por verdaderos paranoicos, personas con mínima preparación académica, a los que las autoridades les conceden licencia de conducir para este tipo de vehículos.- La escasa preparación, más inmensos complejos productos de su formación, por lo general de estrato social con recursos económicos muy limitados, producen sujetos de peligrosidad latente.-
Cuando este tipo de persona se ve ante un timón, gobernando un aparato que su sola estampa produce miedo, se sienten invencibles y manejan retando a todo automovilista de carro mediano que encuentran en su camino.- No respetan las señales de transito, conducen por el carril que se les antoja y como viajan a velocidades prohibidas, cuando toman las curvas, por no aminorar la rapidez con que viajan, entran a la comba de la ruta robándose todo el espacio de la rodera contraria sin importarle en absoluto si viene o no otro móvil de frente.-
Ellos se apartan y dejan el pase libre del carril contrario, si el coche que viene es de su misma naturaleza, si el carro a que se enfrentan no representa peligro para ellos, no se encarrilan y siguen su camino dispuestos a aplastar a los que vienen. si estos no se apartan; a veces hay que salirse de la carretera para no morir bajo ese universo de ruedas y acero que se abalanza con ánimos mortales.- Son asesinos del volante, el monstruo que manejan les da inmunidad y se vuelven super hombres.-
La escasa vigilancia policial, el mal señalamiento de las vías y la estrechez de las carreteras, son los mejores cómplices de estos paranoicos, si aplastan a alguien, el aplastado es el único culpable... ¿Para qué se metió? Cometió infracción y ya está.-
Nuestra Policía de Transito, con el escaso presupuesto que les asigna el Gobierno Central, no pueden hacer gran cosa por corregir estos peligros que a diario enfrenta la ciudadanía.-
Así es nuestro país: ¡Sálvese quien pueda!
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