jueves, 30 de octubre de 2008

SALUD MAYANGNA¹

Estelí, Octubre 8 del 2004

En mi tierna juventud, los maestros no hablaban de costumbres extraordinarias de los pueblos espartanos, y uno de los relatos que más me sorprendía era aquello de matar a los recién nacidos que fueran enfermos o minusválidos, o a gente mayor con enfermedad incurables, en plan de librar a la comunidad del mantenimiento sin oficio de esos enfermos y del dolor que ellos proporcionaban los eliminaban lanzándolos a que se estrellaran sobre unos profundos despeñaderos llamados Monte Taigeto.-

Estudiando la historia de los mayangna, me enteré que cerca de mi pueblo, en Nicaragua, las comunidades mayangnas hacían lo mismos con ese tipo de gente, a los recién nacidos enfermos o impedidos, y también a los mayores con enfermedad incurable, les daban muerte, para no cargar con costos sociales que les significaban carga pesada para sus vidas.- El enterarme de esta similitud de práctica sanitaria de dos pueblos lejanos e incomunicados, me hizo reflexionar sobre el asunto, de tal manera que, respondiendo a la moral impuesta por la sociedad donde me desarrollé, sentía repugnancia por esa práctica nada agradable, pero, como ser rebelde y pensante, entendía los alcances altruistas de esas, para nosotros, nada aceptables costumbres.-

Para los mayangnas esto era un principio fundamental para el sostenimiento del grado de salud de sus pueblos, los mayangnas vivían con una salud de buen nivel, y esto lo conseguían con las prácticas diarias de sus vidas libres y aisladas de cuadros infecciosos.- Acostumbraban a bañarse diario y varias veces, su poca indumentaria los mantenía al aíre libre y secos, su alimentación de poca o nada de grasa, su costumbre de vivir en casas aisladas y de grupos poblacionales de pocas personas, evitaban la contaminación ambiental e incomodaban el paso fácil a las enfermedades contagiosas.- Con el vivir alejados de pueblos extraños lograron mantener pura su raza.- Los mayangnas, además de gozar de buena salud, eran pueblos trabajadores, sobrios, bondadosos, pacíficos y alegres.-

Los mayangna acostumbraban a mantener bastante pintado su cuerpo, pero esta característica no era por moda, motivos de guerra, lujo o vanidad, era el medio con que ellos alejaban de sus cuerpos a los mosquitos y a muchos bichos de montaña transmisores de enfermedades; los colorantes en sus composiciones tenían sustancias no agradables a ciertas alimañas comunes de los ambientes selváticos tropicales.-

Los colorantes los extraían de las siguientes plantas:

El rojo del achiote, el amarillo del ají, el café del virola o “palo e´ sangría”, el negro del hollín y el azul del añil; el rojo púrpura lo sacaban de un líquido extraído de un caracolillo propio de ciertos recodos de playas de mar.- El hule lo obtenían del Níspero Silvestre y del Tuno; con la materia prima proporcionada por estos árboles, además de confeccionar telas corrientes, también hacían tela impermeable que les servía como capote o para conservar comidas u otras cosas alejadas de la humedad.-

Otro aspecto que les ayudaba en el mantener relativa buena salud, era el conocimiento de las plantas medicinales, profundos conocedores del poder curativo de la medicina natural, ellos aplicaban sus recetas según la necesidad del enfermo; podían bajar fiebres altas, dar antídoto para mordeduras de serpientes, sanaban problemas estomacales y combatían los dolores de los miembros.- Como condimento sólo se conocían el achiote y el chiltoma.- como sustituto del jabón usaban ciertos bejucos o algunas semillas que al frotarlas con agua producían espumas.- Para conseguir la sal tenían que hacer romería al mar, también había un planta o bejuco que su savia la ocupaban como sal.- Como papel higiénico usaban una hoja suave y cubierta de un vello sedoso y plateado.-

Fuente: Libro de Gotz von Hantuvrau, Pags. 285 – 288 – 290 – 366 y 367. Datos obtenidos de crónicas del Marques de Peralta en 1890.-

¹ Significa y se les apoda SUMOS

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