Estelí, Abril 23 del 2000
Es árido ser sólo, se pasa el decurso en el hacer que el devenir exige, sin el atice del aguarde de alguien
para compartir goces o fiascos.-
Las noches en soledad fatigan, sus horas se eternizan en atención al alba y, a la memoria acuden galopantes, lo que no agrada, lo que fustiga o inquieta.-
La acción del íngrimo no llena, no gratifica ni satisface.-
En soledad se es vacío.-
La sonrisa o carcajada son gestos o sonidos sin alma.-
No hay eco en la expresión.-
Los pasos sobre el tiempo son fantasmales y agobiantes...
¡Nadie espera!
La verdad se impone: Hielo constante, de pie ante infinitos rumbos desérticos y, una voz interior que grita: ¡Camina Hijueputa!
jueves, 2 de octubre de 2008
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