sábado, 14 de febrero de 2009

RUBÉN DARÍO

CINCO LINEAS SÓLO CON A

"La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más afamada. Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala. Ya pasaban largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban, mas hallaban avaras a las hadas, para dar grata andanza a tal plan.(inicio del larguísimo cuento "Amar hasta fracasar"

Rubén


DARÍO Y METAPA
(Datos Verídicos del Nacimiento de Rubén Darío en Metapa)

A principios del mes de enero de 1867, llegó doña Rosa Sarmiento, a medio día, a la parte baja del caserío, Barrio de Laborío en el pueblo Metapa, estacionándose bajo de un árbol de tamarindo que a la fecha existe y está a la orilla de la entonces Calle del Pájaro, hoy calle de Darío, que de oriente a occidente llega al Río Grande de Matagalpa, precisamente a la Posa del Pájaro.-

Se encontraba doña Rosa sesteando allí cuando pasó casualmente doña Cornelia Mendosa que era la partera del pueblo, e informada doña Cornelia de este dato, al regresar del río doña Cornelia, resolvió abordarla sobre asunto de su interés; de la conversación que ambas sostuvieron, resultó que simpatizaran; doña Rosa iba, según le informó, con dirección a un lugar que queda o dista a cuarenta kilómetros de Metapa, denominado Ominalapa, donde vivían familiares cercanos a ella; doña Cornelia le aconsejó que esperara que llegaran al pueblo algunos de sus parientes, quienes solían hacerlo con frecuencia, para que tuviera noticias de ellos, pues el estado de embarazo en que se hallaba no le permitía caminar una jornada más hasta Oninalapa, porque además de su estado, era muy mal camino.- Doña Cornelia, a la vez le ofreció posada en su rancho, el que aunque pequeño, le cedería una pieza; aceptó doña Rosa y se quedó posando en el rancho de doña Cornelia que era de paja, de seis varas de largo por cuatro de ancho, que dividida por una pared de barro se componía en consecuencia de dos piezas de tres por cuatro varas cada uno; tenía una puerta al lado de la calle y otra al lado del solar y el aposento que así se llamaba la pieza de daba al oriente, tenía una ventana pequeña de ese mismo lado.-

También doña Cornelia estaba interesante y transcurrido varios días después del arribo de doña Rosa a Metapa, el primero de Enero de ese año, se le llegó el día del parto y empezó doña Cornelia a atenderla, pero aconteció, por lo ya dicho, que horas después sintió ella también los dolores del parto y por ese motivo se tuvo que recurrir a los servicios de doña Agatona Ruíz de Gutiérrez, que era persona de las principales familias del lugar y práctica en esos achaques por ser madre de varios hijos y atendió solícita a las dos parturientas, quienes dieron a luz el mismo día; doña Rosa un varón a quien le dieron el nombre de Rubén y doña Cornelia otro varón al que llamaron Dolores.- Rubén tuvo en sus primeros días alterada la salud y por esto fue llamado don Francisco Artola, joven leonés que tenía una hacienda llamada “Albizú” en las cercanías de Metapa, para que le echara el Agua del Socorro, quien así lo hizo, pues era buen amigo de la familia de doña Rosa.- Se decía también que Rubén había sido bautizado por el cura del lugar, Padre Francisco Salinas, siendo siempre padrino don Francisco Artola, pero es lo cierto que en los libros bautismal de la parroquia de Metapa, de ese año, no se encuentra la partida de nacimiento de Rubén y si se encuentra la de Dolores, hijo de doña Cornelia que nació el mismo día.- El niño Rubén iba ya de varios meses cuando lo condujeron a la Ciudad de León, pues antes había permanecido doña Rosa recibiendo visitas de sus familiares que le llevaron muchos regalos.- En el patio de la casucha donde nació Rubén había un bajareque o palenque que servía de cocina, el cual renovado, o tal vez el mismo, todavía existe.-

Nadie se pudo imaginar, que aquel niño nacido en un remoto pueblo de nativos y ladinos, hubiera llegado a tan alto renombre.- Rubén nació en una “cama de viento”, como llamaban entonces a las hechas con toscos pilares de cedro y forradas con cuero de res.-

Doña Rosa le contaba a doña Cornelia los sufrimientos que le había ocasionado los amores que habían terminado con la venida al mundo de Darío, pero nunca contó que la había obligado a buscar a sus familiares de Ominalapa, caserío de Puertas Viejas, jurisdicción de Metapa.- Sobre todas estas cosas, doña Cornelia fue fiel confidente.- En la Comarca de Ispangual, una hermana o tía de doña Rosa, estaba casada con Casio Sandino, la que según doña Cornelia quien no contaba nada, decía que tal señora le hacía relaciones de los sufrimientos de aquella.- Decía que cuando vinieron a llevarse a doña Rosa, ésta no quería irse de regreso a León, pero que ella le había aconsejado que se fuera, porque tenía un hijo y ella debiera estar donde le pudieran ver mejor a su niño, porque si no se lo llevaba era posible se le muriera en ese lugar por su débil salud.-

Todo lo que se diga fuera de lo relatado, no es verdad, pues ningún interés hubo en averiguar los antecedentes que obligaron a doña Rosa a venir a Metapa, ahora Darío, en busca de sus familiares y el nacimiento de su niño que a nadie le llamó la atención fuera del interés que tuvieron los vecinos de pueblo por servir a doña Rosa, por las condiciones en que había llegado.- Los antecedentes de ese arribo, sólo en León eran conocidos.- Contaba doña Cornelia que doña Rosa era una señora muy noble y que sufría mucho al recordar esos momentos de su vida.- Toda esta historia era contada por unos hijos de doña Cornelia Mendoza; quien me los suministró a mí era persona seria y vieja que tomó interés en recoger datos verídicos de estos sucesos.-

Lo anterior fue relatado por don Vicente Ferrer Pérez habitante de Ciudad Darío, de quien hay rumores era hermano de padre de Rubén Darío; dicho señor Ferrer Pérez, que tanto interés tomó en estas averiguaciones, nació bajo matrimonio, pero lo tuvo mucho tiempo en León bajo su cuidado y educándole, el Padre Juan Felipe Gurdián Estrada, padre reconocido de don Juan de Dios Pastora y de don José del Carmen Estrada, con quienes convivió el nominado señor Ferrer Pérez en la Ciudad de León, Nicaraguia.- El laureado poeta, Juan Felipe Toruño, es hijo de don José del Carmen Estrada, y de humilde zapatero que era en su juventud, espigó además de escritor y novelista afamado, en actual propietario del Diario Latino en la República de El Salvador.- Hay que advertir que el Padre Juan Felipe Gurdián, de quién seguramente heredó su nombre de pila, era escritor de pastorelas famosas en su tiempo, era poeta, músico, médico, abogado y con doctorados en teosofía y teología.-

Más tarde y después de obtener los datos transcritos, se los enseñé a un sacerdote pariente por afinidad y antes de terminar de leerlos, me dijo: Espere, que le voy a referir lo que se de buena fuente, Al concluir la lectura, continuó: Me decía mi abuelita, cuyo segundo apellido, es decir el materno, era Gurdián, que ella era Prima Hermana de Rubén Darío.- Dicha señora, a quien conoció muy de cerca uno de los relatores de esta hilvanada historia, afirma que no había ningún interés en la afirmación de la referida abuelita, porque no era capaz de conocer o intuir lo que significaba el nombre de Rubén Darío.- Ella era sobrina carnal del Padre Juan Felipe Gurdián y cuando refería lo anterior frisaba en los noventa años.-

El señor Ferrer Pérez llegó a comentar que él había conocido que doña Rosa
Sarmiento, había sido Ama de Llaves de la Casa Curial de la Iglesia donde era vicario el Padre Juan Felipe Gurdian.- Doña Rosa había salido interesante, entonces el Padre Gurdián la casó con un obrero que le trabajaba a la iglesia en todo lo que se necesitaba y que él se llamaba Felix Rubén García.- Qué el Padre Gurdián le había sugerido a doña Rosa ir a tener el hijo en la finca de los parientes que vivían en Metapa y le había dado dinero para los gastos del caso.- Con este relato es fácil suponer cual eran los dolorosos recuerdos secretos que doña Rosa refería a doña Cornelia, y también deducir algo sobre el párrafo de la autobiografía de Rubén Darío cuando, refiriéndose a su nacimiento, dice: “..en mi vida hay un misterio que no puedo descifrar...”

JOSE FLORIPE VALDIVIA


Estelí, Enero de 1948.-






RUBEN DARIO


Una pequeña biografía y a continuación una pequeñísima muestra de los poemas eróticos de él.

Rubén Darío, seudónimo de Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916), poeta, periodista y diplomático nicaragüense, considerado el fundador del modernismo.

Es un hito en las letras hispanas. Fue el gran embajador del modernismo, un movimiento literario, netamente hispano, que se complace en una poesía esteticista, llena de musicalidad y temas inspirados en ambientes refinados, elegantes y etéreos rococós. El libro Azul... de Darío es una miscelánea de verso y prosa, publicada en 1888 en Chile y que está considerado como el primer gran libro modernista.

Darío nació en Metapa (actual Ciudad Darío), Nicaragua. Sus padres se separaron cuando él era muy pequeño y lo crió una abuela que lo presentó en Managua, siendo todavía un adolescente, como un artista prodigio. Leía a los poetas franceses y era invitado a recitar poesía. En 1886, realizó un viaje a Santiago de Chile y éste fue su primer contacto con el progreso y la metrópoli. Allí publicó su primer gran libro, Azul... (1888), obra que llamó la atención de la crítica y especialmente del escritor español Juan Valera. De regresó a Managua, se casó con Rafaela Contreras, en 1891; quince meses después nació su primer hijo y en 1893 murió su esposa.

Un año antes, había viajado a España como representante del Gobierno nicaragüense para asistir a los actos de celebración del IV Centenario del descubrimiento de América. Después de sucesivos viajes por Estados Unidos, Chile y Francia, y de residir en Buenos Aires, donde colaboró con el periódico La Nación, obtuvo una reputación internacional. En 1898, regresó a España como corresponsal del mismo periódico. Durante la estancia en Europa, alternó su residencia entre París y Madrid, ciudad ésta donde conoció, en 1900, a Francisca Sánchez, una mujer de origen campesino, con la que tuvo un hijo y con la que vivió hasta el fin de sus días.

Convertido en un poeta celebrado en Europa y América, fue nombrado representante diplomático de Nicaragua en Madrid en 1907. La frecuencia de sus viajes favoreció paralelamente su fama como 'embajador del modernismo' en el mundo. Darío, un hombre que no había olvidado sus raíces provincianas, aun transformado en un cosmopolita total, veía que el esplendor europeo estaba llegando a su fin. En 1913, entró en una crisis religiosa y mística y marchó a refugiarse a Palma de Mallorca. Pero acabó doblegado por el alcoholismo, la pobreza y la enfermedad. En 1915, huyendo de un continente desgarrado por la I Guerra Mundial, regresó a América y murió en 1916, poco después de llegar a Managua.
Fuente : Biblioteca de Consulta Microsoft(r) Encarta(r) 2002.


Venus
En la tranquila noche mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profusa extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.
!Oh reyna rubia!, díjele , mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar,
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,
y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar".
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.
1,889

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LOOR
(A la manera de él mismo)
¿A que comparar la pura arquitectura de tu cuerpo? ¿
¿A una sutil torre de oro y marfil?
¿O de Abril a la loggia florecida?
Luz y vida iluminan lo interior,
y el amor tiene su antorcha encendida.
Quiera darme el garzón de Ida
la henchida copa, y Juno la oriental
pompa del pavo real,
su cristal Castalia, y yo, apolonida,
la dormida cuerda haré cantar por la
luz que está dentro de tu cuerpo prendida.
La blanca pareja anida adormecida:
Aves que bajo el corpiño a colocado al dios niño,
rosa ,armiño, mi mano sabia os convida a la vida.
por los boscosos senderos viene Eros
a causar la dulce herida.
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FIN

Señora, suelta la brida
y tendida la crin,
mi corcel de fuego va;
en él llego a tu campiña florida.

COPLA ESPARCA
(A la manera de él mismo)

¡LA GATA blanca!
En el lecho maya, se encorva, se extiende.
Un rojo rubí se enciende
sobre los globos del pecho.
Los desatados cabellos
la divina espalda aroman.
Bajo la camisa asoman
dos cisnes de negros cuellos
tornada libre
Princesa de mis locuras,
que tus cabellos desatas,
di ¿porque las blancas gatas
gustan de sedas oscuras?

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PALABRAS DE LA SATIRESA

Un día oí una risa bajo la fronda espesa,
vi brotar de lo verde dos manzanas lozanas;
efectos senos eran las lozanas manzanas
del busto que bruñía de sol la Satiresa:
Era una Satiresa de mis fiestas paganas,
que hace brotar clavel o rosa cuando besa;
y furiosa y riente y que abrasa y mesa,
con los labios manchados por las moras tempranas.
"Tu que fuiste - me dijo - un antiguo argonauta,
alma que el sol sonrosa y que la mar zafira,
sabe que está el secreto de todo ritmo y pauta
en unir carne y alma a la esfera que gira,
y amando a Pan y Apolo en la lira y la flauta,
ser en la flauta Pan ,como Apolo en la lira.
1889

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SYRINX

¡Syrinx, divina Syrinx! Buscar quiero la leve
caña que corresponda a tus labios esquivos;
haré de ella mi flauta e inventaré motivos
que extasiarán de amor a los cisnes de nieve.
Al canto mío el tiempo parecerá más breve;
como Pan en el campo haré danzar los chivos;
como Orfeo tendré los leones cautivos,
y moveré el imperio de Amor que todo mueve.
Y todo será, Syrinx, por la virtud secreta
que en la fibra sutil de la caña coloca
Con la pasión del dios el sueño del poeta;
porque si de la flauta la boca mía toca
el sonoro carrizo, su misterio interpreta
y la Armonía nace del beso de tu boca.
1899

FORMEN TODOS UN SOLO HAZ DE ENERGÍA ECUMÉNICA (Rubén Darío)


PALABRAS DE DARÍO QUE LAS SIENTO MUY MÍAS

Aborrezco a la mediocridad, a la mulatez intelectual y a la chatura estética.

Potro sin freno se lanzó mi instinto, mi juventud montó potro sin freno, iba embriagado y con puñal al cinto, si no cayó es por que Dios es bueno.

Todo ansias, todo ardor, sensación pura y vigor natural y sin falsía, sin comedia y sin literatura... Si hay una alma sincera esa es la mía.

La virtud está en ser tranquilo y fuerte, con el fuego interior todo se abrasa, se triunfa del rencor y de la muerte.

No soy un poeta para las muchedumbres, pero se que indefectiblemente tengo que llegar a ellas.


PENSANDO EN DARÍO

Estelí, 13 de febrero del 2002.-

Me voy a referir a Don Félix Rubén García Sarmiento, conocido mundialmente como Rubén Darío, el más grande en latinoamérica, si hablamos de la lengua castellana.-

El nicaragüense suele conversar mucho sobre Rubén, pero sus conceptos son simples y repetitivos.- En Nicaragua se ha aceptado la grandiosidad de Darío, porque a nuestro máximo bardo le dieron su pedestal de inmenso en el exterior- Fueron otros pueblos los que descubrieron la excelsitud de nuestro gran panida; su país de origen le acogió en su esplendor internacional sin realmente conocerlo.- A la fecha, en Nicaragua, Darío es casi extraño.- A excepción de unos pocos estudiosos, que han dedicado su vida a escubriñar la verdad del bardo, el resto, la mayoría, sabe del Darío de los Motivos del Lobo, de Margarita, de La Marcha Triunfal, de La Cabeza del Rabí y otros poemas cuentos, sobre pedrería, palacios, sedas y cisnes.-

Darío, además de ser el poeta más laureado de la lengua española por excelencia, era periodista y sus crónicas fueron sensación, comentada con inimaginables elogios, por los mejores críticos literarios de la época. Sólo en Buenos Aires, República de Argentina, existen veintiún tomos de escritos periodísticos desconocidos por los nicaragüenses y, fue por el dominio de su sagrada pluma sobre esas páginas, que España le designa Príncipe de las Letras Castellanas.-

Ningún gobierno en Nicaragua ha tenido el grado cultural que exige Darío para considerar, a como debe ser, su inmensidad.- Si Rubén ha pasado casi inadvertido por las máximas autoridades nacionales, es porque los jerarcas no han estado al nivel de su creación,- Es necesario conocer la obra de Darío en toda su dimensión para poder avalarla y darle el lugar que le corresponde objetivamente en la historia de Nicaragua.-

¿Por qué no se ha intentado traer, aunque sea en fotocopias,
esos veintiún tomos de sus escritos que existen en Buenos
Aires, Argentina?

¿Por qué no se ha publicado la antología completa dé sus obras?

Sencillamente, para que exista interés en proyecto de esa envergadura, es axiomático que las autoridades nacionales posean la adecuada preparación, para ser estimulados a una tarea de esa calidad.- En Nicaragua han habido y hay personajes que viven abocados a esa sublime idea, pero han carecido y carecen de la capacidad económica para llevar a cabo un propósito de esa naturaleza y, sus clamores, ante las autoridades de turno, jamás han sido escuchados.- Recordemos a los más significativos:


Don José Jirón Terán, el mejor y más grande dariista del mundo.- Escritor de varias tesis donde se aborda la grandiosidad de Rubén en diferentes e interesantes facetas.-

Profesor Edelberto Torres, autor de La Vida Trágica de Rubén Darío, la mejor biografía que a la fecha se ha escrito sobre el bardo.-

Profesor Fidel Coloma, suramericano, estudioso a profundidad de la obra dariana y autor de un monumental análisis sobre AZÜL.-

El sueño eterno de ellos ha sido la publicación de las obras completas del poeta, pero han predicado en desierto.- Es profundamente doloroso, pero el nicaragüense desconoce a su máximo exponente, en su verdadera y omnipotente dimensión.-

Rubén Darío, actualmente no es del pueblo nicaragüense; Rubén Darío, escúchese bien, es propiedad mezquina de algunos intelectuales, ellos lo poseen, lo conocen y lo disfrutan, pero no lo ceden; el manoseo que hacen de nuestro incomparable rapsoda es parte de sus características de élite.- Inclusive, escriben sobre sus magnifisencías y se esfuerzan tanto por estar a la par del insigne vate, que sus páginas se vuelven ininteligibles, en negación flagrante a lo que debería ser la proyección masiva de la inmensidad de nuestra superlativa gloria nacional.-

Muchos de los escritores que nos han documentado sobre nuestro egregio nepentómano, Rubén Darío, y se han dado a la tarea de aportar particularidades del eximio vate, el estar conscientes de referirse a ese portentoso personaje, "Príncipe da las Letras Castellanas", deseando, por lo menos ser sus escuderos, se les endurece la expresión, restan naturalidad y su prosa se vuelve recargada, poco manable y el tecnicismo con que abordan la materia, los vuelve engorrosos y nada fluidos.-

Otro aspecto de nuestro inmortal paisano poco tratado y visto a través de su grandiosa obra, es su temporalidad.- Los escritos de nuestro querido y admirado RUBÉN, con toda su gloria, tiene en él muchas limitaciones:

Su indomable apego al nepente, su eterna tensión y su siempre escuálida economía, eran desestimulantes a su excelsa creación, no fueron propicias a su plenitud, si a eso le sumamos que, él no llega a su madurez; cuando va camino a los cincuenta años de edad, ya está decrépito y en descenso vertiginoso de salud.-

Si pensamos en un RUBÉN no alcohólico, ordenado, probo en todo sentido y, sabiendo lo que produjo dentro de su desastrosa existencia, nos podemos imaginar los partos de su capacidad sorprendentemente creativa, quizás fuese el "Emperador de la Literatura Mundial"

Soñemos con un DARÍO entero, arriba de los sesenta años de edad, dándonos sus experiencias, sus vivencias y su gigantesco acervo cultural, seria algo indescriptible.- Si con su iniciación, su germinar nos maravilla... ¿Qué hubiese pasado con su expreción en sana sazón? DARÍO murió en su nacer, conoció su aurora pero no llegó a su atardecer.-



REGRESO Y MUERTE DE DARÍO, REMEMBRANZAS DE UN DARIANO

Estelí, Enero 14 de 1992

Mi padre, José Floripe Valdivia, hombre serio, culto, gran conocedor de la Historia y estudioso de la literatura universal, era, indiscutiblemente, un admirador profundo de la Obra Dariana. Él, por privilegios de esos que a veces ofrece la vida, fue premiado por ésta, con las casualidades de haber sido testigo presencial del regreso triunfal del Gran Bardo a la Ciudad de León y también de su doloroso deceso.

El Dr. Alejandro Dávila Bolaños, amigo íntimo de papá, con quien vivía intercambiando datos y pareceres históricos, era conocedor de esas casuales particularidades en la vida de Don José, constantemente insistía en que Floripe le narrara esos acontecimientos. Un día, mi padre, se dispuso a hacer las remembranzas del caso, Dávila Bolaños, papel y lápiz en mano se dio a la tarea de copiar las memorias; yo, que también he sido entusiasta de estas cosas, estando presente en esos precisos momentos de la narración, también recopilé algunos segmentos de la plática, y puesto que en estos días se cumplen setenta y seis años de la muerte del Ilustre Panida, para solaz de la Juventud Dariana trataré de hacer unas páginas de esos recuerdos:


Tras aglomeración de gente, comentarios de todo tipo, interjecciones de cargadores y pregones de ventas, sobre el piso de la vieja estación, apareció Darío elegantemente vestido, luciendo un sombrero legítimo Jipijapa, un flux de seda cruda crema y zapatos blancos combinados con café; en pos de él, su señora Doña Rosario, luego el hermano de ella, General Andrés Murillo.

En la estación, en primer plano, lo esperaban viejos amigos fraternos de Darío: Doña Fidelina de Castro, el Dr. Luis Debayle y Don Francisco Castro; otros grandes camaradas del poeta disputaban el estrechar en abrazos sentidos al Insigne Bardo; en el entretanto, una escena se produjo en el tumulto de gente que forcejaba por acercarse, estallando en aplausos y gritos rebosantes de entusiasmo: "Viva el Bardo Rey" "Viva el Autor de Azul" "Viva el Príncipe de las Letras Castellanas" "Viva Rubén Darío"; Darío traía cruzado sobre su pecho, en bandolera, un estuche de gemelos de larga vista con que quizá había divisado por última vez las playas del Pacífico.

Acercándose uno de los mejores coches de la ciudad, se instalaron en él los viajeros y acompañantes para partir a casa de Don Francisco Castro, donde se alojarían; en el asiento trasero del vehículo, de izquierda a derecha, se sentaron Doña Rosario, Darío en el centro, y a la izquierda, Doña Fidelina; en el asiento delantero, en el mismo orden, el Dr. Debayle, General Murillo y el Sr. Castro.

Cuando el coche inició su viaje, se oyeron aclamaciones y voces entusiastas, llenas de júbilo “que le quiten los caballos al coche” “desenganchen el coche” “llevemos nosotros a Rubén Darío” Eran gritos de conocidos líderes estudiantiles que se disputaban el honor de llevar ellos personalmente al "Príncipe de las Letras" Entre ellos, se recuerda a Tomasito Ayón y Panchito Montalván. En un momento, los caballos de tiro habían desaparecido y mientras unos estudiantes halaban de los arneses, muchos otros, entre ellos mi padre, empujaban el coche. De la Plaza de la Estación se encaminaron sobre la Calle Norte del Parque San Juan y luego cogieron por la Calle Segovia, después de un recorrido de cinco cuadras quebraron en la esquina de la Farmacia del Dr. Leonardo Argüello, hasta llagar frente a la casa de Don Francisco Castro.

En la primera grada de la entrada de la casa posada, entre aclamaciones y vítores, Darío alzó la mano y se hizo la calma, y él habló: Conciudadanos, amigos más que conciudadanos, hermanos más que amigos... Estoy sumamente agradecido por la espontánea manifestación que me tributa el pueblo de León, mi muy querido León. Deben saber que en mis triunfos como en mis reveses siempre tuve presente el nombre de Nicaragua que nos comprende a todos. Lamento el estado precario de mi salud, ella me impide ser más extenso y expresivo en esta inolvidable ocasión.

Cuando Darío movía sus manos en señal de despedida y estrechaba las manos de los más próximos, el poeta vernáculo Octavio
Quintana, desenvolvió un pliego de papel y dedicó un precioso poema al consagrado coterráneo.

Después de algunos días de la llegada de Darío a su tierra natal, por la prensa escrita del país, se comienza a saber todos los pormenores de la quebrantada salud del que fuera Poeta Niño. Pasado algunos meses, ya es de dominio popular su grave situación, se habla de punciones al hígado, de que lo van a operar, en fin, de un deterioro general y galopante de su estado físico.

Darío tiene como médico de cabecera al Dr. Luis Debayle. El seis de Febrero de Mil Novecientos Dieciséis, el Laureado Poeta agoniza en una casa ubicada frente a la casa de su gran amigo Don Francisco Castro.

Ese día, acercándose las seis de la tarde, contando con que el Dr. Infiere Luis Emilio Hurtado, pariente de papá, estudiante de medicina y ayudante del Dr. Debayle, era el que asistía la agonía del poeta, él y su gran amigo, también estudiante de medicina, Doctor Simeón Rizo Gadea, deciden probar suerte en ver a Darío en sus últimos momentos; se encaminaban a la casa del enfermo, cuando se escucharon las campanas del templo de El Calvario en Toque de Agonía, después le hicieron eco las campanas de la Iglesia de San Juan, se sumaron la de La Recolección, dando inmediata respuestas las roncas campanas de Catedral, luego era el clamor de las doce iglesias de León.

Al llegar a la puerta de la casa del agonizante, los recibe el Br. Hurtado, les hace pasar y les ruega ayudarle a cuidar al enfermo, el poeta, en esos momentos estaba en una crisis peligrosa.

Darío, virtualmente agonizaba en un catrecito militar sin respaldo, a su lado, meditabunda, su esposa Doña Rosario, y al lado de ella el joven dibujante caricaturista Octavio Torrealba; Doña Rosario, al ver entrar a Rizo y Floripe les ruega ayudar acompañarlo y sale hacia la casa de enfrente a solicitar algo de urgencia, después vuelve y Darío se retuerce sudoroso en sus últimos contorciones... Expira como con un gran dolor inenarrable, sin decir una palabra.

Esto sería, más o menos a las siete de la noche. Como cosa curiosa, papá refirió que ese día hubo Eclipse de Sol, preguntándose, ¿Qué dirían los astrólogos? En estos momentos, el caricaturista Octavio Torrealba, rompe las cuerdas de su reloj para que se eternizara en él la hora de la muerte del Inmarcesible Bardo.

Cabe mencionar que en el curso de la referida agonía, en el corredor, ala Este de la casa, ojeaban y daban vuelta a diversos papeles el Dr. Francisco Paniagua Prado, Presidente del Ateneo de León y Don Juan Bautista Prado, Director del Diario de Occidente, este último, había seguido con acuciosidad periodística las incidencias de los últimos días del poeta... Era de imaginarse que en aquellos momentos lo que preparaban era el Programa de las Honras Fúnebres del Príncipe de las Letras Castellanas.

El Maestro Cuevas, dueño de una funeraria de reputación, obsequia un sarcófago regio que tenía una águila labrada en madera preciosa y, en él fue conducido por multitudes, primero al Palacio Consistorial donde fue recibido por el Jefe de la Comuna Dr. David Argüello, amigo entrañable de Darío; de allí pasó a la Universidad Nacional donde se le ofrecieron cinco noches de veladas líricas en que se hizo alusión a toda la gloriosa trayectoria del Excelso Panida. El Filólogo Dr. Mariano Barreto, el Jurista Dr. Modesto Berríos y el Maestro Dr. Felipe Ibarra, con brillantes disertaciones enfocaron al poeta en sus más bellos contornos.

La Iglesia Católica de Nicaragua, encabezada por el Ilustrísimo Dr. Simeón Pereira y Castellón, en Acuerdo de Cabildo Eclesiástico lo intituló Príncipe de la Iglesia Católica de Nicaragua y con honores de este rango fue dada la extremaunción y realizados sus funerales; éstos fueron dirigidos por San Mariano de Nicaragua, el Santo Padre Dubón y por Mausoleo se le dio la Santa Catedral de León; lo recibió en sus puertas el Dignísimo Pastor Pereira y Castellón con un preclaro y sonoro discurso improvisado muy digno de su sin par oratoria.

León, profundamente conmovido, volcó todas las flores de sus jardines, que en manos de sus más bellas mujeres, como canéforas, las deshojaban ante él nunca bien ponderado hijo de la patria, en su paso a la inmortalidad>

Así dictó mi padre al Dr. Alejandro Dávila Bolaños estos datos sobre el regreso a León y muerte del sin par Rubén Darío. Todo nicaragüense debe conocer y estar claro de esta verdad histórica, hasta el momento, tan manoseada.





>
RUBÉN DARIO MASÓN

Nuestro más grande paradigma, Rubén Darío
>Sarmiento, al que muchísimos escritores y
>pensadores lo tienen como nacido en nuestro León
>de Nicaragua un día 18 de enero de 1867 y quien
>dejara imborrables huellas de su privilegiado
>talento, consagrado renovador de la métrica
>castellana; en sus muchísimas actividades por el
>mundo subió a todas las cumbres y se deslizó por
>todos los abismos, dejando a la posteridad sus
>extraordinarias colecciones de obras poéticas
>donde se puede palpar su impresionante genio y
>el dominio fácil de conjugar las ideas en
>bellísimos flujos luminosos que irradian al
>pentagrama del castellano, lo que por sencilla
>lógica engrandece a nuestra gran Patria centroamericana: “Gloria al genio”.
>
>A su llegada a la tierra natal en 1907, ya
>consagrado mundialmente como el gran renovador,
>fue recibido apoteósicamente por sus familiares,
>los Darío Mayorga, su pueblo y sus grandes
>amigos de su niñez y su juventud que no hallaban
>la forma de mostrarle su admiración y cariño al
>hijo pródigo que regresaba por fin con su cabeza
>coronada de laureles para ponerlos con amor y
>devoción en la sien de su León, y por supuesto,
>ante el altar de su Patria que lo esperaba con los brazos abiertos.
>
>Aprovechando su estancia por Managua, ya que la
>mayor parte del tiempo estuvo en su León tan
>querido, su íntimo amigo el también poeta
>laureado don Manuel Maldonado, lo animó para que
>ingresara a conocer los “augustos misterios de
>la Masonería Universal”. Fue así como lo llevó
>ante otros destacados masones nicaragüenses para
>conocer un poco más sobre la misma y dar ese
>importante paso por la vida terrenal, y
>especialmente en su Nicaragua natal, como en
>otros tiempos lo habían hecho el general Máximo
>Jerez Tellería, el doctor José Leonard, el
>doctor Juan Francisco Gutiérrez y otros
>sobresalientes ciudadanos que estaban brillando en nuestra Patria.
>
>Por fin decide presentar de manera formal su
>solicitud, apadrinado por tres sobresalientes
>masones de alta jerarquía, y una vez aceptada su
>solicitud en la balanza masónica de la Gran
>Logia de Nicaragua; sus cualidades de genio
>natural, su patriótico humanismo comprobado y
>por la grandeza de su espíritu, contrario a sus
>debilidades humanas, salió aprobado con sólo
>bolas blancas por los altos dignatarios del
>“respetable taller” de la también muy respetable
>logia Progreso Número Uno del Oriente de
>Managua, procedimiento indispensable para ser
>admitido como un fuerte eslabón más de la cadena universal.
>
>La respetable logia Progreso fijó como el gran
>día de su iniciación el 24 enero de 1908, es
>decir, esta fecha está muy cerca para llegar a
>los 100 años en que el bardo rey vio por primera
>vez la “luz que emana del Oriente” la que sin
>duda será celebrada en grande por la masonería
>nicaragüense. La concurrencia se convirtió en
>una gran pompa para la masonería nicaragüense,
>llegaron representantes de todas las logias de
>Centroamérica y en especial las de Nicaragua,
>tales como los de la Veteranos Número Cinco de
>Managua, la Diriangén Número Seis de León, la
>del Rey Salomón de Corinto, las de Granada, la
>Julio César de Masaya y también de la Costa
>Atlántica, ese día el tiempo de ceremonia de
>iniciación en el salón de Pasos Perdidos.
>
>Entre los selectos dignatarios de Centroamérica
>estaban el eminente sabio y destacado político
>don Juan Ponciano y el candidato a la
>Presidencia de Guatemala, como lo era el general
>don José León Castillo; el doctor Fernando
>Cornejo, de El Salvador; don Policarpo Bonilla y
>el general Guadalupe Reyes de Honduras; así como
>los doctores Ricardo Adluvin y Paulino
>Villalobos, también del mismo país; los
>eminentes profesores don Virgilio Salazar y Juan
>Bautista Jiménez, de Costa Rica. Y entre los
>notables masones de Nicaragua estaban el
>eminente historiador José Dolores Gámez, el
>doctor Rodolfo Espinoza R., Juan Francisco
>Gutiérrez; por supuesto que el poeta Manuel
>Maldonado su gran amigo personal, don Rafael
>Zenón Rivera, don Manuel Reyes Mayorga, el poeta
>y periodista don Román Mayorga Rivas, don
>Enrique Dreyfus, el doctor José W. Mayorga, don
>Fernando Levy, don Salomón Ibarra Mayorga, don
>Ángel Caligaris, don Napoleón Re, don Carlos
>Harding y nada menos que el eminentísimo maestro
>de juventudes profesor don José Leonard a cuya
>gloria posteriormente se erigió el templo
>masónico moderno que derribara en 1972 el
>furioso terremoto de Managua; don Emilio y
>Alonso Castelar, don Dionisio Martínez Sanz, un
>español nacionalizado nicaragüense, don
>Francisco J. Medal, don Luis Mena Solórzano, don
>Antonio Medrano, Manuel Pasos Arana, don Alberto
>Gámez, don Ernesto Somoza, el doctor Absalón
>Rojas, el gran unionista centroamericano doctor
>Salvador Mendieta, el doctor Francisco G.
>Miranda. Y una cantidad numerosa de jóvenes
>masones fuertes columnas de las diferentes
>logias que constituían la Gran Logia de Nicaragua.
>
>(Esa noche el genio “vio la luz que emana del
>oriente”, la ceremonia de iniciación fue
>estupenda, para Rubén fue dar un paso
>trascendental en su vida de profano como lo
>dieron otros grandes centroamericanos y
>nicaragüenses tales como el gran unionista
>general Francisco Morazán y el doctor y general
>don Máximo Pérez Tellería, a quien Darío
>admiraba sobremanera y el padre Francisco Calvo de Costa Rica).
>
>Rubén Darío llegó a Nicaragua con grandes
>inquietudes sobre los problemas que agobiaban
>terriblemente a su Patria y a la humanidad
>entera, los consideraba como un gran peligro
>para el mundo, pensaba que una clase se
>presentaba frente a la otra en pugna, la una
>orgullosa y fuerte amenazaba a la otra sufrida y
>débil, las dos pensaban en violencias y ninguna
>en armonía que era la base de la paz y el
>progreso de Nicaragua. Pensó que la mejor vía
>para resolver esas graves contradicciones
>sociales estaba en la masonería, obligada a
>resolverlos. ¿Cómo? Proclamando la unión, el
>equilibrio de los derechos sociales
>estableciendo la paz por medio de la persuasión
>y la justicia social entre los grupos: el capital y el trabajo.
>
>Por sus múltiples compromisos, Rubén permaneció
>muy poco tiempo en Nicaragua después de haber
>recibido “la luz” y emprendió nuevamente su
>recorrido por otros países hermanos, pero esta
>vez, llevando en su mente los sagrados
>principios de la Gran Fraternidad Universal,
>transmitiendo a los poderosos y a los humildes
>de la tierra, sus mensajes de libertad, igualdad
>y fraternidad. El genio indohispano
>indudablemente que salió fortalecido moral y
>espiritualmente de su patria, y se comentó que
>muchos presidentes masones tuvieron la gran
>satisfacción de recibirlo y escuchar sus
>mensajes de paz y unidad, visitó muchas logias y
>platicó sobre los problemas que agobiaban al
>mundo abiertamente dentro de los más claros
>conceptos que podía hacerse entre “La escuadra y
>el compás” que nos une y representa la “cadena
>universal irrompible” de esta hermosa hermandad
>que siempre se mantiene haciendo el bien para la humanidad en el mundo.
>
>Gloria a la masonería universal, gloria a su
>labor humanitaria y que Rubén Darío, columna
>fuerte de nuestra fraternidad, nos inspire
>siempre para hacer de Nicaragua la Patria con la
>que siempre soñó, aunque la Patria es pequeña, uno siempre grande la sueña.
>
>

José Wenceslao Mayorga D>o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

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