jueves, 12 de marzo de 2009

ESTAMPAS DE UN EPOCA

CUENTOS

Estelí, Nicaragua A. C.

























Editorial “LETRAS”
Estelí, Nicaragua, América del Centro
Teléfono No. 0-713-7183

















(a)José Floripe Fajardo


Edición, levantado de texto, diseño general, corrección de texto, carátula e ilustración, de José Floripe Fajardo.-

Diagramación:

Impresión:



Las estampas de la ilustración son recortes de periódicos y revistas nacionales, recogidos y seleccionados por José Floripe Fajardo.-










MEMORIAS EN RETAZOS


La primera edición de estos cuentos se hizo en una época de superlativa dureza, implantada por el sistema represivo de la sangrienta tiranía de los Somozas y su ejército homicida.- Fue impreso en el taller tipográfico “LETRAS” propiedad de mi padre José Floripe Valdivia.-

Para no comprometer, con la impresión de este libro, al taller impresor y a la familia propietaria, se tiraría a circulación como impreso en la República de El Salvador.- Después de distribuir unos quince ejemplares entre gente de confianza, el resto de la edición se sacaría de Nicaragua para que entrara al país en forma parcial, como material venido del extranjero.-

El Dr. Alejandro Dávila Bolaños, copartícipe del proyecto, me informó que, en El Salvador recibiría los folletos el entonces agitador político, Indalecio Pastora hijo, que éste los repartiría entre los exiliados nicaragüenses, para que ellos los fueran enviando, por medios personales, a circular en Nicaragua.-

La tenebrosa Guardia Nacional, se ignora como, encontró el paquete antes que éste saliera del país y, se armo el gran alboroto; la guardia quemó toda la impresión, que tanto nos había costado; tuve que permanecer semioculto por algún tiempo.- Sólo me quedó el original de los cuentos guardados en casa de un primo político, Dr. Luis Narváez Moreira, a quien, poco después asesinara la Guardia Nacional en una fiesta de estudiantes en la ciudad de Matagalpa.-

Las primera edición contaba de cinco narraciones, donde fácilmente se podía identificar los personajes aludidos en ellas; los hechos expuestos eran de conocimiento público, pero se comentaban con reserva.- Después le agregué dos más del mismo tenor y así, de siete cuentos, quedó listo para una nueva impresión.-

Unos años después, a mi sobrino, cantautor Carlos Mejía Godoy, en un tiempo famoso escritor radial, le gustaron los escritos y los calificó buenos para ser adaptados a la radio; en ese entonces, la televisión estaba dando sus primeros pasos y las radioemisoras eran el poder de penetración popular y masita; me pareció magnífica la idea y le presté a Carlos los originales de los cuentos para la pretendida adaptación.-

Pasó el tiempo, no se hicieron las acomodaciones radiales y pensé comenzar a buscar como imprimir, por mis medios, la segunda edición; los tiempos habían cambiado un poco y era menos peligroso el que se diera a conocer ese material.- Se los solicité a Carlos y éste me los dio por perdidos.-

Después de veinte años buscando por todos lados un ejemplar de los quince que había distribuido entre amigos, el joven historiador, Orient Bolivar Juárez, conocedor de toda la historia, me hizo el obsequio de una fotocopia de la primera edición.- Ignoro como hizo para rescatarla.-

El regalo de Orient Bolivar, me premió con una gran alegría, pero en las fotocopias recuperadas no estaban los dos últimos cuentos que había agregado después de la primera impresión.- Inicié la búsqueda de los escritos finales.-

Después de cuatro años de andar del timbo al tambo, preguntando por los textos a los amigos a quien solía obsequiar copia de mis escritos, me enteré que, el Dr. Porfirio Molina Mejía, guardaba las páginas perseguidas.-

Cuando Porfirio se enteró de la importancia que para mi tenían esos escritos, por molestar, cosa muy característica en él, inició una tortura psicológica y sistemática: Te los vendo... Ya te los doy.... Se me perdieron.... Se que los tengo guardados, pero tengo que buscarlos... Los busqué y no los encontré... ¿Qué me ofreces por ellos?... Le voy a decir a Ena (su esposa) que los busque... Para no hacer largo el asunto, después de un año de jodedera, me los dio.

En la actualidad, el contenido de la obra se puede calificar de ingenuo, pero en la fecha en que se intentó su divulgación, el material era sumamente peligroso y comprometedor en alto grado.- Fueron tiempos muy difíciles para el opositor del oprobioso régimen de los Somozas y su sangrienta Guardia Nacional.-

Después de los sucesos insurreccionales de Estelí, en septiembre del 78, se me ocurrió escribir en cuento los sucesos de esa gloriosa gesta libertadora.- Escribí dos cuentos sobre el tema, uno de ellos lo hice de carácter infantil, para que mis hijos, de muy corta edad en ese tiempo, pudieran comprenderle; los agregué a los anteriores y se hizo un trabajo de nueve narraciones.-

Creo que es hora de revisar los documentos del caso y preparar el borrador de la segunda edición, que en cuanto a difusión, será la primera en darse a conocer si es que ésta llega a imprimirse.-

Estelí, Taguzgalpa, Nicaragua, 15 de Agosto de 1990.-


El Autor.-




































DEDICATORIA:


A los personajes que inspiraron estos cuentos, habitantes del heroico Municipio de Estelí, quienes vivieron y sufrieron en carne propia los horrores de estas narraciones, como víctimas de la sangrienta Guardia Nacional de la tiranía somocista.-































UNA OPINION

Estelí, 30 de abril del 2002.-

La valentía se patentiza en hechos, aunque a veces signifique arriesgar la vida misma mediante líneas escritas, esgrimidas como armas para combatir injusticias.-

En la década de los años 50, aún joven, José Floripe Fajardo, actual Director del Semanario Relámpago en su segunda época, escribió el libro “ESTAMPAS DE UNA ÉPOCA”, en él denunció las crueldades de la Dictadura Somocista, lo que en ese entonces era sumamente peligroso.- A través de nueve cuentos, narró con exquisita brevedad, situaciones donde grita los abusos de la tiranía:

El robo impune.
La influencia que se ejercía desde cualquier cargo público.
La corrupción en el Poder Judicial.
La tortura en los cuarteles.
La injerencia del Partido Oficial en la administración del Estado.-
La criminalidad de la Guardia Nacional.-
La corrupción apropiada de los Hospitales Nacionales
El horror a que fueron sometidos los pueblos durante las Insurrecciones Nacionales
En fin, acusaciones tan graves que, en cualquier momento le pudieron ocasionar la
muerte al autor.

El cuento de los campesinos, refleja la riqueza de las conversaciones bucólicas y la
manera de abordar asuntos cotidianos, contrastando irónicamente con la falsa imagen
impuesta por el gobierno de turno, estampa que se deja ver, a través de los dictados de la
lección cívica que estudia un niño en el fondo del patio de la casa.- El último cuento
ofrece una temática distinta, pero no se aleja del propósito con que fue escrito el libro,
éste da al instante, oportunidad de tejer sobre su relato, otro argumento con elementos
para escribir una novela de estilo detectivesco.-

Lo interesante de este libro, es que permite reactivar historias paralelas sucedidas en esa época, caracterizada por hechos sombríos y de horror.- Debemos recalcar lo dicho en el prólogo escrito por el Dr. Alejandro Dávila Bolaños, donde advierte sobre la finalidad primordial de los relatos: “...dar a conocer a las generaciones futuras, el actuar despiadado de la Guardia Nacional”

Además, el libro tiene su propia historia narrada por el mismo autor (Memorias en Retazos), de forma precisa explica la odisea que se vivió desde su primera impresión, sólo el hecho de intentar publicarlo trajo muchos inconvenientes.- Es un libro colmado de anécdotas que deben ser conocidas por los nicaragüenses que anhelamos ser libres.-


ZENELIA BRIONES R.








NUEVE BREVES CUENTOS ESTELIANOS

PRÓLOGO

Dr. Alejandro Dávila Bolaños

Quince años de gobierno conservador y una paz más o menos inalterada, fortalecen la economía nacional, haciendo posible la aparición de una burguesía liberal que reclama para ella, mayores beneficios y amplia participación en el Gobierno Nacional.- A pesar de la formación de un partido cualigado que llega a la Presidencia de la República, los conservadores disienten y dan un Golpe de Estado infructuoso que trae como consecuencia la Guerra Civil y Celular entre ambos partidos.- El día 2 de mayo de 1926 se enciende la contienda y el día 4 de mayo de 1927, ambos partidos son derrotados por la intervención yanqui.-

Como reacción contra esta moderna forma de piratería colonial y financiera, aparece la figura gigantesca de Augusto Calderón Sandino- El cual, desde nuestras montañas segovianas proclama su lucha a muerte contra esta segunda intervención filibustera.- Al final, el oro del Wall Street es más poderoso y Sandino cae asesinado.- La intervención gringa levanta sus vivaques, y deja la intervención criolla, constituida por la Guardia Nacional.-

Durante el auge económico agropecuario, con la exportación de grandes cantidades de materia prima, el terrateniente llega con más frecuencia a sus latifundios, lleva a su familia, y sus hijos adolescentes se confunden con la peonada en el trabajo.- Estos jóvenes saben madrugar, ensillar un caballo, montar en pelo, doman potros cerriles, saben pasar sobre y por las noches gustan de oír las consejas, los cuentos y las coplas campesinas.- Luego el colegio les abre sus ansias de poetas y entonces descubren el inagotable acervo ignorado de las cosas de la Patria: El río, el suelo, el hombre.

Rompen lanzas con Rubén y se dejan oír sus versos que cantan al terruño, a la espiga, a la quema, al río. Al llano, a la montaña, al tigre, a los volcanes, al caballo y al jinete (centauro). - Orientan sus afanes hacia lo vernáculo y recogen el chiste, el refrán, la adivinanza y el relato folklórico.-

Al madurar este movimiento, conocido como «vanguardismo» que se inicia en el año 26, toma de Sandino el nacionalismo.- No pudiendo dar una salida revolucionaria a la situación campesino, niega a Marx y busca un acuerdo al problema.- Entre el Comunismo y el Fascismo que antagonizan en el mundo, se afilian a este último y por no congeniar con los yanquis, se echan en los brazos de Franco y sueñan con la Hispanidad.- Tal es, a grandes rasgos la biografía de nuestra poesía y de nuestros poetas de los últimos años.-

Desde luego que el verso, para ser verdaderamente nicaragüense, debe llevar un mensaje de redención y de esperanza: río, suelo, hombre.- Hasta estos momentos, salvo raras y honrosas excepciones, está muy lejos de haberse logrado.-

¿Y la prosa?

La prosa en forma de novela, de relato o de cuento, siempre ha tenido un sabor rebelde.- Esto es comprensible: Las riquezas del suelo y del subsuelo, oro, plata, hule, cueros, maderas y bananos, siempre explotadas por las compañías yanquis a costa de la sangre nativa indiferente al gobierno, ha traído voceros muy dignos.- Estos escritores, inspirados en , , , y , entre muchas otras, han denunciado en forma justa estas expoliaciones.-

Por eso, y a pesar de no haber llegado nunca a la altura de las grandes novelas indo-americanas, nuestros novelistas han sabido interpretar, a la medida de sus inspiraciones, esta trágica realidad del trabajador nicaragüense.-

Sandino no ha tenido su poeta, y su gesta no ha encontrado al novelista.- La intervención yanqui no ha podido ser enfocada desde el punto de vista literario y, esto se debe, en su mayor parte, a la pasividad con que la burguesía y el pueblo aceptó este poder extranjero.- “Solo Sandino en la montaña cortó cabezas de gringos” La demás gente se codeo con los «machos», vivieron castrados con los marinos, aprendieron inglés, aborrecieron el chilcagre y fumaron cigarríos .- Los yanquis fueron los Dioses Blancos de ojos azules a quienes debíamos guardar sumisión y lealtad.-

Cuando los hombres rubios se retiraron, dejaron a la Guardia Nacional con el mismo poder intervencionista y con el mismo código de irrespeto hacia el hombre civil: Un guardia nunca miente. Los civiles valen menos que las balas gastadas en aniquilarlos. La guardia está por encima de todos los poderes juntos.- Un comandante es el de una área, «vida, honra, hacienda y libertades civiles están sujetas a su capricho».- La Guardia Nacional, es el ejército mestizo de la intervención. Con la Guardia Nacional, el espíritu y la letra de la ocupación yanqui persiste en toda su fiereza y violencia.-

Muy pocos hasta esta fecha, han escrito describiendo en forma de cuentos, esta angustiosa realidad.- Vivimos bajo el signo del temor, y por eso, casi nadie se ha atrevido a denunciar estos hechos en forma de letra impresa.-

El miedo que sentimos es bárbaro.-

En ésto, además de la naturalidad conque están escritos, radica el valor de estos nueve breves cuentos estelianos de José Enrique Floripe Fajardo, natural de Estelí, nacido en 1936.-

Estos relatos son un mensaje para las generaciones futuras, de como actuaba la Guardia Nacional durante la dictadura somocista:

La burla al Poder Judicial.

El robo del líder en contubernio con el sargento.-

La sevicia y los métodos usados por la oficialidad de la guardia, para averiguar un pequeño hurto.-

El criminal buhonero al servicio de la esposa contrabandista del Comandante de Plaza.-

El falso salvoconducto del diputado local y el ametrallamiento de unos infelices campesinos.-

Son páginas sangrientas y vivas de lo que en realidad ha sido para los nicaragüenses, el intervencionismo yanqui representado por la Guardia Nacional.-

Sirvan estas líneas para presentar al valiente cuentista José Enrique Floripe Fajardo, y a sus escritos realistas, inspirados en una trágica época vivida por nosotros los nicaragüenses.-


Estelí 21 de Julio de 1960. -













































EL LIDER


Estaban platicando.- Al Líder se le veía hacer muchas genuflexiones; acompañado de las mismas, le decía al hombre que le escuchaba con reverente atención:

--Estoy contento con tu labor; tu actuación será tomada en cuenta por el partido, sigue trabajando como lo has hecho hasta ahora, y serás bien recompensado... A ver dime: ¿Qué has oído de lo que dicen los contrarios?--

El hombre engallado por las alabanzas y sintiéndose un personaje de historia, contestó:

--La mayoría son solapado, pero hay algunos que le gusta irse de la lengua y corrompen a los correligionarios.- Casualmente, ayer oí decir a uno de los nuestros que Ramón Linarte no dejaba de tener razón en eso de que la mala situación actual se la debíamos a la mala presidencia, y que si no llovía, era porque hasta el Cabo Chu estaba en contra de nosotros por dejarnos montar de un grupo de grandotes que nos logran el lomo amparados a las sinvergüenzadas del gobierno.--

El Lider, al escuchar la información, tomó carácter de Coronel de La Reserva Civil, que era el cargo que ostentaba en el brazo civil armado del partido, y dando tono de superioridad a sus palabras, dijo:

--Hay que terminar con esos brotes de rebelión; revestido de tu autoridad de Juez de Mesta, visitarás a esos revoltosos y al que no tenga “la magnífica” de nuestro gobernante, le quitas el arma que posea, ya sea machete, rifle, o pistola; las traes al cuartel.- No se las entregués al Comandante, para no molestarlo en pequeñeces. Busca al Sargento Calderón y dile que le llevas esas armas. que le fueron decomisadas a varios enemigos del gobierno que no tenían “la magnífica” y andaban sublevando a los partidarios nuestros.-

Días después apareció por el Parque Central de la ciudad, un nutrido grupo de hombres que venían encabezados por Ramón Linarte y el Lider.- Iban en dirección al cuartel de la guardia; llegaron a él y penetraron en la Sala de Guardia.-

Luego de permanecer un rato en ella, salieron todos con caras llenas de contento.- Habían recuperado sus armas gracias a la buena y desinteresada ayuda del Lider.- Sólo les habían quitado un poco de dinero, según les habían explicado, era para dárselo al Comandante y poder conseguir la devolución de lo confiscado.-

Cuando el grupo de campesinos se alejó lo bastante como para no ser oídos por los del cuartel, uno de ellos dijo:

--Qué buena gente es el Coronel; ese jodido del Juez de Mesta es el que nos la debe de pagar en cuanto nos de una oportunidad.—

De la garganta de todos aquellos curtidos individuos, salió un murmullo de aprobación amenazante.-

Mientras los trabajadores del campo buscaban el camino de sus casas, y en sus adentros, agradecían la “buena mano” que les había echado el servicial Lider, éste, en compañía del Sargento Conrado reían animadamente, celebrando una entrada más de uno de sus productivos negocios...



¡QUÉ MUNDO ÉSTE!

El hombre andaba por las calles de la población con tranquilidad absoluta; en su rostro se dibujaba la alegría sana y despreocupada del ciudadano que goza de los derechos y privilegios que la ley confiere a habitantes conscientes y honrados.- Siempre se le veía entrar y salir de establecimientos comerciales y casas de habitación de la ciudad, llevando debajo del brazo varios cartones de paquetes de cigarrillos extranjeros, y una bolsa prendida de su mano derecha, llena de telas, chaquetas, perfumes, ropa interior femenina y otras mercaderías.- Toda de la mejor calidad.- Trabajando a diario e incansablemente por toda la ciudad, se había ganado la confianza del pueblo, que compraba los variados objetos que él ofrecía, con el propósito de ayudarle a obtener una comisión por lo vendido.-

¡Qué mundo éste!

Este hombre era un ejemplo para aquellos que viven del crimen, del rapto, del robo, de la prostitución y de toda la escoria que hay en esta vida.- ¡Eso era ser hombre!... Pobre, quizá con mujer e hijos, lleno de dificultades, pero honrado.- Parte de aquella minoría que prefieren ganarse un córdoba con honor y no miles con vergüenza.-

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Un Sábado, el Juez del Crimen de la localidad, me invitó a que le acompañara a realizar una visita de reglamento a las cárceles de la ciudad.- Acepté con curiosidad.- Platicando llegamos al penal.- Nos recibió el Oficial del Día, y con ademán cortés nos hizo pasar adentro.-

Llegamos a la sección de presos, éstos fueron sacados de sus celdas a formar fila en patio del local, para que se llevara a cabo la inspección semanal.- Todos iban saliendo, uno por uno, macilentos, enfermizos, engomados, asquerosos... En conjunto: Estampa de Miseria.-

Fue grande mi sorpresa, cuando veo entre tan variado desfile, aquel hombre ejemplo de trabajo y dignidad.- Algunos tragos que se echó en día de semana --pensé-- lo encontró la patrulla y lo guardó.- Ahí estaba, siempre tranquillo, despreocupado y sonriendo con aquella expresión ingenua que le caracterizaba.-

Al terminar la inspección, los reos fueron introducidos nuevamente a sus celdas; pasó por mi lado aquel hombre; le saludé con amabilidad y le obsequié mi paquete de cigarrillos.-

Pasamos a la Oficina del Penal, donde el Juez del Crimen tenía que llenar formularios propios del caso.- El teniente, Oficial del Día, me preguntó que si tenía amistad con el preso que había saludado, qué si le conocía; al interrogarme, en su semblante noté una sonrisa recelosa, pero sabiendo a que atribuirle ese gesto, le respondí que no, era conocido, le expliqué que pasaba siempre por mi casa vendiendo buena mercadería.- Por pura curiosidad, le pregunté el motivo de su detención.- El Oficial, sin perder la sonrisa maliciosa que no dejaba de incomodarme, me ofreció enseñar la tarjeta personal del presidiario y se alejó a buscarla, momento en el cual me imaginé: --alguna pasada de bolo bastante chistosa-- por eso es la sonrisa del teniente.-

El Oficial regresó y me ofreció una tarjeta; la tomé y di lectura a su contenido:

Nombre: Telero Antonio Cardoza.-

Edad: 32 años.- Sexo: Masculino.

Peso: 160 Lbs. Estatura: 5,7 Pelo: negro.- Ojos: café.-

Domicilio: Comunidad de La Montañita, Municipio de Estelí

Condena: Veinte Años de prisión inconmutable.-

Motivo: Asesinato. Rapto. Violación. Robo. Cortar la mano a otro. Herir a siete personas.- Más abajo, en letras rojas... Nota: REO PELIGROSO.-

Según la fecha de la tarjeta, llevaba cumplidos dos años de condena.-

Asustado más que asombrado, quité la vista de la cartulina y adivinando la pregunta que tenía a flor de labio, el Oficial expresó:

--Es el preso de confianza de nuestro Comandante de Plaza, y lo manda a vender la mercadería que, de contrabando, trae su señora del extranjero, también le cuida a los hijos cuando ellos salen de casa y es el guardián nocturno de su hogar....--

Quedé en silencio... Cuando el Juez del Crimen me dijo:

--Nos largamos.—

Bullía en mis adentros:

¡Qué mundo éste!



























ERA DEL PARTIDO


El ambiente de la sala estaba revestido de seriedad absoluta; el silencio impresionante sólo era interrumpido por los golpes finos y acompasados de unos tacones altos que marcaban los pasos de una esbelta secretaria sobre el enladrillado del piso.- El Juez del Crimen, con tono marcial y el Código Civil en la mano, tomó la Promesa de Ley a los Jurados que deliberarían el veredicto de aquel Juicio.-

El reo a juzgar estaba ahí; a su lado, un miembro de la Guardia Nacional, parecía un muestrario de soldado con su equipo de campaña.- El procesado lo volvía a ver de vez en cuando y luego se quedaba observando a los Jurados que todavía no se habían puesto de acuerdo en quien sería el que iba a leer el expediente... La situación consistía en que ninguno de los miembros de la Honorable Mesa sabía leer, a duras penas deletreaban.-

El representante de la Vindicta Pública, al comprender el ya común y vergonzoso trance en que aquellos individuos se encontraban, tomó el expediente y fue leyendo lo que creía era de más importancia para aquella competente Mesa de Jurado.- En lo copo que leyó, se dedujo que la acusación que se hacía al procesado era por rapto y violación de una niña de trece años de edad, a quien había maltratado rudamente y luego, en horas de la madrugada, le había abandonado en el potrero en que había cometido el sádico crimen.-

El Síndico, después de finalizar la lectura del expediente, se separó de la mesa, y en calidad de representante de la sociedad, habló un largo rato, terminando con pedir para el reo un veredicto condenatorio.-

El abogado acusador, teniendo material de sobra para su exposición, habló y habló hasta que creyó conveniente; cuando terminó, fue calurosamente aplaudió por el público presente que, de rato en rato pedía a coro la condena del acusado.-

Después de esperan un poco para que la gente se calmara, el jurisconsulto que llevaba la defensa de procesado y que había sido Nombrado de Oficio, tomó la palabra; comenzó la contraacusación basando todos su argumentos en ofuscamiento, estado de ánimo, ignorancia, problemas sentimentales y embrutecimiento alcohólico, etc. etc...

Había terminado la acusación y la defensa.- El cuerpo de Jurado pasó a la sala privada para deliberar; veinte minutos después fue llamado el Juez para hacerle entrega del fallo.- Este, tras tardarse un poco descifrando los arañazos que escribiera el más capacitado de aquellos señores, habló:

--Está correcto, pueden retirarse.--

Cuando el público comenzó a retirarse de los corredores del local del juzgado, comentando los detalles nada favorables del Juicio, el Diputado del pueblo, luego de rendir las gracias a los Jurados y conversar con el Juez, se acercó al reo y dándole palmadas sobre los hombros, le dijo:

--¿Ves lo que significa ser del partito?... Estás absuelto.--





NO HABÍA INCONVENIENTE


El soldado llegó, después de cuadrarse ente el Oficial del Día, dijo:

--El ladrón ha sido capturado señor.--

--LLévenlo al patio y espérenme allí, ya llego.- Latió el Oficial.-

--Si señor.-- respondió el soldado y salió.-

Mientras el Oficial se levantaba de la butaca en que descansaba de no hacer nada y leer una revista pornográfica de lujo, el soldado fue presto a cumplir la orden recibida.-

Al poco rato, apareció el Oficial en el patio de la penitenciaría.- El detenido estaba tímidamente arrimado al brocal de un pozo que había en el solar del cuartel; temblaba, por su cara infantil, se podía notar que no había cumplido los diecinueve años de edad; era delgado y alto, de buenas facciones que se desfiguraban un poco por la palidez que les invadía.-

El Oficial llegó hasta él, y en tono amistoso habló:

--A ver, muchacho, dime: ¿Por qué y para qué cogiste el dinero?

El joven, con temblor en todo el cuerpo y voz insegura, contestó:

--Yo no he co...gido nin...gún dinero... señor.—

El Oficial, conciliatorio: --Andá hombré, no seas testarudo, si nos das la monis te dejamos libre.—

El muchacho, compungido: --Ya le dije... señor... yo no sé de ese... de ese dinero.-

Perdiendo por completo el tono afable que se esforzaba en demostrar el militar, gritó:

--Sargento: Mande a dos reclutas a que rateen de pies y manos a este imbécil... Vamos a ver si sigue con eso de que no sabe del dinero.--

En tónico sarcástico añadió:

--Le refrescaremos un poco la memoria.—

Los reclutas encantados del trabajo que les habían encomendado, no tardaron en dejar al detenido inmóvil y tirado en el suelo.- Dirigiéndose a los que liaron al muchacho, el Oficial, ladró:

--Ustedes dos, cojan a ese bruto y lo meten de cabeza dentro del barril de agua amanecida.—

Cuando el detenido oyó lo que pretendían hacer, con el rostro demacrado por el espanto, suplicaba:

--No señor... yo no he sido... le pi...do por mi ma..dre que me crea, porque yo no... he cogido... nin..gún... dine..ro,- No se...a malo señor,,, Si lo tuviera ya se... lo hu...biera dado.- No se señor, por... Dios...

El agua que ya entraba por boca y nariz, había cortado el resto de la frase.- Cuando sacaron del barril la cabeza del prisionero, éste sintió que la sangre, que antes tenía agolpada en su cara, volvía a circular por todo el cuerpo; los pulmones que estuvieron a punto de estallar, normalizaron su funcionamiento respiratorio y los ojos inyectados de sangre, le parecían como untados de chile; no había terminado de medio reponerse, cuando oyó nuevamente la voz del Oficial:

--¿Estás dispuesto a decirme donde está el dinero?—

El muchacho, mientras se restregaba los ojos con los dorsos de sus manos atadas, sollozando profundamente, juraba:

--Por Diosito señor.... yo no se... de... ese dinero...

--A ver muchachos, probemos otra refrescadita.-- Ordenó el Guardia.-

--Yo.. Fue lo único que se oyó del torturado... Ya estaba nuevamente de cabeza en el barril... Al sacarlo, el joven salió tosiendo y arrojando agua por boca y nariz, y les pedía, con palabras cortadas por la tos:

--Mejor mátenme, mejor mátenme, mejor mátenme.—

El Oficial, riéndose por las súplicas del detenido, se alejó y penetró en uno de los cuartos en que sus ventanas servían de palco a un nutrido
grupo de soldados que observaban la tortura, como cuando los alumnos de una universidad observan una clase de demostración práctica. No tardó en salir de unas de las habitaciones el excelente maestro.- Traía un látigo en la mano derecha, y mientras se dirigía a mojarlo en el agua del tanque que minutos antes sumergían la cabeza del detenido, chilló:

--Quítenle la camisa y amárrenlo a ese poste.—

El látigo, aquella correa de cuero, parecía recobrar vida en las manos del experto Oficial, y con el objeto de hacer más largo y tormentoso el sufrimiento de aquel infeliz, que ya había sido atado al poste, hacía restallar el azote, a la derecha, a la izquierda, arriba y a ras del suelo.-

Hubo un silencio interrumpido sólo por lamentos entrecortados con palabras suplicantes que negaban el robo:

--No me pegue, señor. Se lo juro señor, que yo no he sido... Se lo suplico señor... Por mi madre y por Dios que está en el cielo... Le juro que no he sido yo... Si lo hubiera tomado ya se lo hubiera dicho...

El Oficial, sin hacer caso al prisionero y dirigiéndose al corro de soldadesca que observaban la escena:

--Así quieren estos pájaros... Van a ver si no canta este jilguero...

Arremangándose los puños de la camisa con lentitud lasciva, bramó al acusado:

--¿Dime?... Por última vez.... ¿Dónde está la lana?

--Yo no la tengo... Quiso explicar la víctima.- El látigo cayó sobre las desnudas espaldas del muchacho, una, dos, tres, cuatro, cinco veces.. La escena era dantesca. trallazos mezclados con gritos de dolor y espanto poblaron el ambiente.- Cuando el Oficial hizo alto, el detenido exclamaba:

--Yo lo robé... Fui yo... Yo lo robé, pero no me siga pegando... Fui yo...

El Oficial se acercó al detenido y le espetó con brusquedad:

--¿Dónde lo escondiste?—

--Yo lo robé señor, pero no sé dónde está, no sé, no sé, no sé... Respondió el torturado y volvió a caer en un llanto incontenible.-

--Para que tengas mejor memoria.-- Rugió el Oficial.- Tomando los cabellos del martirizado joven con su mano izquierda, estrelló con fuerza la cabeza contra el poste.- Está vez la escena se repite; la lengua delgada y ardiente del látigo caía nuevamente sobre las ya sangrantes espaldas del mancebo.- El flagelado, al recibir la segunda tanda de golpes, gritaba, imploraba, maldecía, juraba, y de pronto cayó; su cuerpo desmadejado había quedado vertical, colgado de las correas que lo ataban al poste.- Con un gesto de impotente furia el Oficial, ordenó:

--Suéltenlo y pónganlo boca arriba en la acera, échenle un balde de agua y cuando vuelva en sí, llámenme.-

Con pasos aganzados se dirigió a su covacha.- Estaba acomodándose en la butaca para recetarse un pequeño descanso mientras continuaba la tortura interrumpida, cuando llegó hasta a él un individuo que familiarmente sentándose a su lado, dijo:

--Hombré: Agarré al ladrón y recuperé los reales.... Si cogen al muchacho que te dije, despáchalo y le explicas que fue una equivocación.—

Sacándose la billetera de la bolsa trasera del pantalón, continuó:

Le das este dinero en desagravio y le dices que si quiere seguir trabajando conmigo... pues... No hay inconveniente.—

















UN TRIUNFO MÁS

Cojeaba y al mismo tiempo maldecía.- El corredor de aquella casa de campo era muy pequeño para las idas y venidas de aquel campesino que mientras caminaba en círculo, saltaba interjecciones innumerables:

--Maldita pata, mejor me hubieran matado, prefería estar muerto a tener que vivir aguantando estos dolores, y cada vez que la luna está tierna se ponen más agudos.—

--Pero cálmate hombre, vas vivir toda la vida refunfuñando; así lo quiso Dios y hay que resignarse; ya ves, la Divina Providencia hizo que Profirió se acordara de nosotros y dejara esa maldita costa, donde los nuestros se deshacen los bofes trabajando para los gringos, sin que éstos les den ni siquiera una gota de remedio cuando se enferman; ya está aquí y el te ayudará a trabajar.—

--Está bien mujer, está bien; es que a veces me pongo como loco cuando me acuerdo de la emboscada que nos hicieron esos cobardes asesinos autorizados.—

--¡Chó Burro!... Acordate que aquí hasta las paredes tienen oídos, y si te escuchan eso, en vez de mejorar la situación, se nos va a empeorar.—

Sin cambiar de tema siguieron platicando hasta que fueron interrumpidos por el ladrar de unos perros que salían de la corraliza que rodeaba la casa, a todo correr al encuentro de alguien que llegaba al lugar.-

--Me tenía preocupada este muchacho, ya era hora que regresara.—

Diciendo esto, la mujer salió a recibir al hijo que regresaba, montando un potro, y entraba por la puerta del corral.-

--Agárreme esto, mama, que ya me trae jodido el brazo.—

Tras de entrega el saco donde traía las compras que habían ido a hacer al pueblo; dirigiéndose a su padre añadió:

--Ohe papa, te traigo una carta de mi Tío Luis; me la dio el Viejo Chencho; según me contó acaba de venir del norte, andaba pasando un contrabando de ganado propiedad del Comandante de Frontera; en el caserío del otro lado, se encontró con el tío y allí le dio la encomienda para que te la trajera.-

El hombre tomó el sobre que le extendía el muchacho, con prontitud le rasgó un extremo y extrayendo un papel escrito, comenzó a leer con ansiedad por saber lo que le decía su hermano; hacía más de un año que no tenía noticias de él.- Cuando terminó la lectura, le dijo a la mujer:

--Te fijás Juana, era lo que yo pensaba; aquí nos cuenta que si no había escrito es porque chequean la correspondencia al entrar al país y se pueden enterar donde está él y llegarían a quererle joder.- Dice que regresará, pero cuando esté seguro de desquitarse con creces todo lo que esos jodidos nos hicieron; en fin, para que te cuento, tomá leela vos.—

El hombre se levantó del banco en que estaba sentado y después de darle el papel a su mujer, salió hacia el corral.- En el patio, sentado en la parte trasera de una vieja carreta, estaba el hijo, aceitando un revólver; al ver salir a su padre de la casa, le gritó:

--Ohe Viejo, vení... Quiero preguntarte una cosa...

El padre se encaminó hacia la carreta y cuando estaba próximo, expresó:

--¿Para qué estás limpiando esa cacharpa?... De todos modos, no la podés usar porque no tenés “la magnífica del gobierno” y sin eso no te dan la portación.—

Al decir esto, el hombre señaló la carreta y continuó:

--Ya ves, esta , que antes usaba para llevar la cosecha al pueblo, ahora no la uso, el Comandante de Plaza exige que hasta para guiar carretas se debe tener licencia de conducir, y si yo llego a sacarla, no me la dan porque soy “contrario”.—

El hombre suspiró hondamente y lanzando un escupitajo prosiguió:

--¡Bueno!... ¿Para qué me querías?

El hijo, acomodándose en la carreta y con entrecejo en la frente, respondió:

--Ve papa, yo no te había preguntado nada porque se que cuando te acordás de lo sucedido te pones inaguantable, pero ya que te vino carta del Tío Luis y has hecho memorias del asunto, quiero me lo cuentes tal como fue.- Ya estoy cansado de oír a la gente dar la versión que mejor les parece, y hasta hoy no escuchado dos cuentos iguales, por eso quiero que me diga la verdad... Andá: ¿Cómo fue el bochinche?

El consultado carraspeo, lanzó un salivazo que le fue a dar a la cabeza a una gallina que salió cacaraqueando y explicó:

--Mirá: La cosa comenzó un día que andaba tu Tío Luis en el Valle, bebiendo guaro con el comandante del lugar... Un sargento mal encarado.- Estaban en una cususera; al cuñado del comandante que estaba con ellos, se le habían pasado los tragos y dijo que se iba a ir, entonces decidieron acompañarlo por un rato, en el camino a su casa, mientras le pasaba la juma.- Montados los tres en sus bestias, agarraron camino a la montaña.—

Como estaba de pie, se sentó enganchado sobre la pértiga de la carreta, se compuso la garganta y lanzando una escupida sobre la cabeza de un perro, prosiguió:

--Al llegar a una quebrada, Luis le propuso al sargento, que se echaran un trago a pico de botella y con agua de río; mientras estos se apeaban de sus bestias para tomarse el , el cuñado del sargento adelantó camino, y un poco más adelante cayó del caballo rajándose la cabeza.... Un campesino que venía en dirección contraria, le vio irse de boca sobre una piedra, y corrió a socorrerlo; cuando el campesino trataba de ayudar al bolo, Luis y el sargento aparecieron, pues venían al trote, queriendo dar alcance al compañero.- El comandante, cuando vio herido a su cuñado, creyó que el hombre que los estaba socorriendo, lo había agredido y sacó su revolver y quiso dispararle, entonces Luis le llamó la atención, motivo por el cual el comandante, se volvió como una fiera contra él diciéndole: “Con vos también jodido” y le disparó.-

El hombre interrumpió el suceso.- Se escuchó el ladrido de los perros que protestaban la entrada de un vecino que venía por el Camino Real y en voz alta saludaba:

--Ideay compadre, ¿cómo ha estado?, vengo del pueblo, no lo vi en la ida porque pasé muy de madrugada.—

--Pase adelante compadre, le voy a presentar a mi muchacho, el que se me que se había ido para la costa, pero ya regresó.—

--Encantado de conocerle señor, mi papa me ha hablado mucho de usted.—

--Igualmente hijo, yo me he visto en tu casa como de la familia.—

El recién llegado, después de estrechar efusivamente la mano del joven, puso cara de pocos amigos y dijo:

--Vengo arrecho.- Se me desrrengó un novillo, y claro, en vez de dejar que se lo comieran los “chepes” , lo destacé y después de haber apartado algo para la casa, repartí el resto entre la familia, hasta usted, compadre, logró su tasajo.- Pues no sé como jodido se dieron cuenta las autoridades, y por que no saqué permiso de destace, me pusieron una multa que equivale a la mitad del animal, bien vendido.- Para más arrechura, el sábado, que lo tenía escogido para aporrear los frijoles, ya no lo voy a poder hacer, porque momentos antes de venirme del poblado, me encontré con el diputado, y me dijo que ese día tendrían una reunión de correligionarios y el que no asistiera podría salir perjudicado.—

--¡Quijueputas¡... Casualmente, hablaba de esas barbaridades, cuando tu llegabas, le contaba a mi hijo lo que nos pasó a Luis y a mí con la guardia....

--Adelante, compadre, no interrumpo, siga con el cuento, vuir a saludar a mi comadre y a tomarme un guacal de agua fresca, vengo secándome.—

Encaminándose hacia la casa, prosiguió:

--Dentro de un ratito regreso para oír también la cosa.—

El hombre se compuso nuevamente la garganta y arremangándose los puños de la camisa, continuó:

--¡Bueno hijo!... Tu tío presintió el peligro, y en el momento que el sargento jalaba el gatillo del revolver, se tiró de cabeza al otro lado de la bestia que montaba, y por debajo de la panza del animal, vació todos los tiros de su pistola en el pecho del comandante.—

En este momento cayó; llegaba el compadre, que como les había ofrecido, regresaba a oír el cuento.- Ya el visitante, sentado en otra parte de la vieja carreta, el labrador siguió su historia:

--En el momento que el sargento caía acribillado por los balazos certeros de tu tío, el campesino temblaba del miedo que le producía el verse tan cerca de la muerte.- Después, entre los dos, quitaron al muerto y al herido de medio camino, y los pusieron a la sombra de un guásimo.- Luis, dejó al campesino cuidando al herido y al muerto, y él se fue para el pueblo a entregarse a las autoridades, no sin pasar por donde un amigo para informarle del suceso y pedirle el favor de que fuera a dar parte del asunto a su familia y a la del sargento.—

--¡Chocho papa!... Dijo el hijo, y luego añadió: Sígale... ¿Cómo continua la cosa?

--Luego de varios meses de cárcel, le hicieron jurado y salió absuelto, pero como el muerto era miembro de la Gran Familia Kaki... Eso, ellos no lo perdonan.-- Desde que salió del penal, a pesar de estar libre y absuelto, tuvo que andar huyendo, hasta que decidió ir a la capital y por medio de un diputado, conseguir un salvoconducto firmado por el Jefe Supremo de la Guardia Nacional.- Con esta garantía, anduvo un poco más tranquilo, pero las amenazas seguían.- Un día, fue conmigo al cuartel, contó lo que le estaba pasando y presentó el salvoconducto del “mandamás” Le dijeron que estaba bien. que ellos no tenían nada contra él.-

--Y entonces, ¿por qué los jodieron? Indagó el muchacho.-

--Por un tiempo anduvimos tranquilos por todo el pueblo, nada presagiaba nada malo, veníamos, íbamos, sin que nada nos molestara, llegamos a creer que todo estaba olvidado.- Un día acompañé a tu tío a la ciudad a realizar unos mandados.- Compramos todo lo que teníamos que mercar, ya por la tarde decidimos regresar; tomamos la carreta y nos fuimos camino al rancho, habíamos recorrido unas quinientas varas, cuando, después de cruzar la quebrada de la salida del pueblo, alguien nos gritó: ¡Alto!... Después del grito, oímos un atronador ruido de disparos y sentimos que las balas pasaban aullando sobre nuestras cabezas.- Nos tiramos de la carreta y buscamos protección en las ruedas; inmediatamente nos dimos cuenta que habíamos caído en una emboscada montada por la Guardia Nacional.- Estaban esperándonos al otro lado del que había a la orilla del camino.- El penqueo fue corto pero arrecho; vi caer un buey de la yunta y después sentí que me habían pegado en una pierna, fue entonces que le di mi revolver a Luis y le supliqué huyera, era mejor se salvara uno que morir los dos.- Mi hermano se lanzó sobre un piñuelar disparando a dos manos, corrió potrero adentro a la sombra de troncos y matones, dejando a dos guardias muertos y tres más heridos.- Como ya estaba espesándose la noche, vieron que era imposible seguirle, les faltaban “guevos” para quererlo capturar, obscureciendo y a campo abierto.- Con más miedo que otra cosa, se fueron acercando donde yo estaba tendido desangrándome; unos me querían liquidar ahí mismo, pero otros se opusieron alegando que había gente observando y que no era a mí al que buscaban.—

--Yo no había venido a la comunidad, pero el cuento se supo en todas partes... Fue asombroso como se salvó Luis... Aclaró el compadre.-

--¡Ajá papa!... ¿Y cómo se salva usted? Interroga el hijo.-

--Después de discutir sobre lo que debían de hacer, nos pusieron a muertos y heridos sobre otra carreta que pasaba en ese momento y nos trasladaron al cuartel.- Ahí me tiraron en el suelo de uno de los corredores y a los soldados los llevaron a la enfermería.- A la hora que se les antojó llevarme a curar, ya había perdido sangre suficiente como para hacer una olla de moronga y para darle de hartar a esos , muertos de hambre.—

--Pasé largos meses enfermos; cuando salí del hospital, ya nos habían juzgado y se decía que estábamos absueltos, pero nuevamente, a pesar del fallo que dieron los jurados, existía orden de captura “”vivo o muerto” para mi hermano; la guardia no lo dejaría en paz hasta no ver saldada la deuda.- Es una forma de dejar sentado que a la Guardia Nacional no se puede tocar en ninguna forma.—

La mujer llegó con unos vasos de chicha de garrafón y obsequió uno a cada uno de los conversadores, diciendo:

--Está muy sabrosa, refrésquense.—

--Gracias comadrita, estoy claro que esta chicha es muy buena, ya la he probado en otras ocasiones, dijo el visitante.-

--Mi mama siempre se luce con los frescos, dijo el joven.-

El hombre, después de carraspear, expresó:

La Juana, se luce en todo, es una extraordinaria mujer, y tiene que aguantarme el genio que mantengo, yo no se como no me ha dejado.—

--Déjese de tontería papa, sígame el cuento:

--No le hagas caso hijo, dijo la mujer, y encaminándose a la casa, agregó: Ese es loco.-

--Lo que no me pasa, ni me pasará nunca, es que el que dirigió la emboscada, al disparar sobre nosotros, dio muerte a una pobre mujer y a su niña... Ellas vivían cerca de donde sucedió el altercado.- Varias de las balas que disparó, pasaron la pared de tabla de la humilde casa en que habitaban, y atravesaron a la mujer y a su tierna niña que en esos momentos llevaba en sus brazos.- Este jodido, es asesino sin escrúpulos, poco tiempo después dio muerte a un hombre arrollándolo con una camioneta en la carretera, y aunque fue condenado por el jurado, anda libre y es el chofer de confianza del “mandamás” del pueblo.-

Después de hacer una pausa, se introdujo las manos en las bolsas del pantalón, como buscando algo, y sacando de una de ellas un recorte de periódico amarillo de viejo y doblado en varias partes, se lo entregó al hijo, recomendando:

--Leé ahí lo que publicó sobre el asunto el Diario del Gobierno:

El muchacho, cogió el papel que le entregaba su padre, lo desdobló con cuidado y comenzó a leer el artículo, que en letras ya borradas por el uso y el tiempo, estaba encabezado en esta forma:

...LUCHANDO POR LA PAZ Y LA JUSTICIA NACIONAL, NUESTRO GLORIOSO EJÉRCITO ACABA DE OBTENER UN TRIUNDO MÁS...














SITUACIÓN

La tarde estaba amaneciendo.

Tan!.. Tan!... Tan!... Tan!..

Sonaba una bacinica vieja que colgada de los postes de un corral mal cercado, recibía los certeros tiros de hulera de un muchacho que mataba aquella tarde de campo afinando su puntería. De pronto zas-zas-zas.... Tres azotasos caen ardientes en las flacas espaldas del tirador y al unísono de un alarido de dolor y de sorpresa se oyó una voz fría y terminante:
--Haragán, vago, andá, saludá a tu padrino que acaba de llegar, y después te pones estudiar.... Sinvergüenza, sólo querés pasar el día va pedradas con ese maldito bacín y nada de estudio ni de trabajo.

Mientras la mujer refunfuñaba, golpeando sus enaguas con las riendas del azote, se encaminaba a la casa; el muchacho iba detrás, encorvado, sollozando y limpiándose las lágrimas con los dorsos de los brazos.

La fínquita en la cual se suscitaba esta escena, consistía en diez manzanas de tierra con huerta y potrero, una yunta de bueyes con arado y carreta, cuatro cerdos, diez gallinas con dos gallos, un cabrío, cuatro perros flacos, un rancho de una sola pieza de dos puertas, una al frente y otra al fondo. , forrado con caña y techo de paja; su interior estaba distribuido estricta y míseramente para mal vivir.
Como propietario de este surtido conjunto campesino, estaba Don Francisco Cruz, su mujer, la Mercedes Rugama y su hijo Panchito de quince años de edad y ya en tercer grado de primaria.

El muchacho después de llegar todo huraño a darle los “Buenos Días le dé Dios” al padrino, esculcó en un cajón que estaba bajo de un camastro, sacó un cuaderno y se dirigió al patio todavía sollozando.
Cuando la mujer se sentaba a escuchar la conversación que tenia su hombre con el compadre, éste decía:

— Pues si compadre, aunque por dentro se muerda, haga lo que yo, no hay más remedio, ve como me trataban a mi, sin embargo ahora, aunque me asquea lo quihago la paso bien.
Intervino la Mercedes:

— Eso es compadre, si yo le digo a Pancho que no sea baboso, que aunque sea al las malas selihagalado para que más o menos nos dejen pasar la vida tranquila; no que, cada vez que andan los revolucionarios del norte en movimiento, hay viene el Juez de Mesta a llevarse la bocona y los machetes; ya queda uno hasta sinconque sacar astillas para el fuego y después, para recuperar los fierros, allá va, un chanchito y medioemay pal comandante.
Francisco malhumorado responde a lo de su mujer, dirigiéndose al compadre:

— Esos jodidos no me van a ganar a mi, ni por las buenas ni por las malas.... Cada vez que me acuerdo de lo quihacen con nosotros miarrecho más, lo que pasa es somos un atajoecochones, ya vel otro día que pasaron los muchachos del norte por aquí, loquice fue esconderme y decirle a mi mujer que les diera de comer y el cochón de Pedro Cruz, mi primo, corrió con el chisme al pueblo; al ratito no se vía esto de guardias y allá iba yo pechito de paloma, preso para la investigación. Tres meses guardado, mejor mihubiera ido con ellos, no que me les escondí para que aquí me jodiera la chota...

Con voz y gestos llenos de admiración y respeto la mujer cortó la conversión y dijo:

— Si usted los hubiera visto compadrito, todos bien pichones y letrados. Y decididos los grandes bandidos. Yo no sé comoaguantan andar en esas montañas, con esas lluvias y en esas noches de Dios, esos si son hombres....
--- Les llaman idealistas locos, comadrita y, son gentes de reales, pero nosotros si no trabajamos no comemos.
Don Francisco, indignado, interviene:

---No compadre, no, si nojotros fuéramos hombres y todos nos lanzáramos a la lucha, esos jodidos no duran un mes más jodiendo gente. Lo que pasa es no soplamos el guevo.
Mientras la conversación de los compadres se ponía cada vez más interesantes, del fondo del patio venia el sonsonete de la lección que repasaba Panchito encaramado en un palo de jocote que había a la orilla del corral; por lo que se le escuchaba, se podía saber que lo que estudiaba era Moral y Civismo. Cuando agarraba aliento y subía el tono de voz, se le oía repetir con insistencia:
--- Nicaragua es país libre, soberano e independiente, su gobierno está dividido en tres poderes que son: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Estos poderes se rigen por una constitución inviolable que garantiza los derechos del hombre en un país democrático como el nuestro....

Los pájaros comenzaban a demostrar su terror a la noche. La plática de los compadres seguía en su apogeo.
--A mí ya no me quedaba otra salida; José ya estaba desesperado con ocho meses de cárcel y sin que lo quisieran pasar a la orden del juez y, esto que sólo fue, que dijo que no estaba conforme con el gobierno. Viendo que el diputado me ofrecía la libertad de mijo con tal que firmara una promesa al régimen y obligara al muchacho a hacerlo, pues se la firmé con la esperanza de que me dejaran trabajar en paz

--Figúrense que el otro día quihicieron aquella reunión política donde el Juez de Mesta, pues nos citaron, y que me costó convencer al jodido de José que juera, por fin me lo llevé, pero hayinomás se vino arrecho, pues el comandante liabía propuesto que pusieran una mesa de dados aquí en el valle; quivanir a medias y le darían una chilquita al cura del pueblo para que no dijera nada.

No más le hubiera dicho, se puso como tomate de cólera y salió refunfuñando, cuando llegué a la casa me dijo quepareso había firmado esa chochada, para que le vieran a uno cara de sinvergüenza.... Pero a pesar de todo no se deja de sacar provecho, figúrese que ya conseguí permiso para portar armas, permiso para destace y la plaquelacarreta, cosa que usted no ha conseguido y no conseguirá sisigueasí de cabeza dura.
—Ya le dije compadre que yo soy o no soy, pero nuncandoamedias.
—Um compadre!
— No es asunto de UmL..
--Cómo vacrer que yo voy a estar con ese atajoeladrones, sinvergüenzas, asesinos. No se acuerda ese día desa reunión quianduvieron citando gente aquí en el valle y, sólo porque Carmelo no quisuir, en la noche le quemaron la milpa y le mataron un buey, echándole la culpa a los revolucionarios. Gracias a Dios, que yo estaba ese día en el pueblo si no mihubieran quemado hasta el rancho.
En esos momentos, el visitante con movimiento de pereza se levantó del asiento y estrechando la mano de Don Francisco, le dijo:

— Ya semizo tarde, miagarró la nochi la María ha de estar
priocupada, Tendiéndole el brazo a la comadre, prosiguió:
— Enderece a Pancho comadrita, es un consejo sano que le doy. Y saliendo del rancho recomendó:
—Me despiden del ahijado.... Los espero un diadestos por mi casa.
Mientras don Pacho y la Mercedes daban los últimos cumplidos al visitante, del fondo del patio, colado en la penumbra de la noche que caía, venia la voz de Panchito que ya sabiéndose le lección seguía cantándole incesantemente:

-Gracias al respeto a la constitución, es que, el profesional, el obrero, el oficinista y el campesino, pueden dedicarse a sus labores, gozando de todas las garantías que exigen los sagrados derechos del hombre. Los nicaragüenses debemos sentirnos orgullosos de tener un gobernante que hace respetar estos sagrados principios constitucionales, apoyándose en intachable labor de nuestra incansable Guardia Nacional que vela día y noche por la paz y el bienestar de la nación.

El día había cerrado sus puertas.
































DIÁLOGO DE HOSPITAL

- ¡Está fresca la tarde!.-
-En este corredor siempre es agradable el ambiente.-

-Reconforta la brisa, salí agitado de la sala, la operación que hice en el paciente de ahora, se me complicó por la inutilidad del anestesista; tu sabes lo que significa eso de encontrarse en la parte seria del caso y que de un momento a otro te enteres que el paciente está despertando.

- Que contrariedad; esto lo hemos discutido muchas veces. Hasta que no nombren a una persona especializada en anestesia, siempre tendremos problemas. A mí me ha sucedido lo mismo en distintas ocasiones.

- A esa anestesista no la destituirán mientras ella siga siendo querida del Director del Hospital.

- Perdonen!... Doctor Navas: ¿Me firma la autorización para la salida del cadáver de la niñita Castellón?
- Con gusto señorita Jiménez.-
- ¿Qué tal Doctor Méndez?
- Bien señorita, gracias... El muerto, ¿Es de sala de primera o sala general?
- De sala general doctor.... ¡Con permiso!.-
- ¿Tú no sabes nada de este caso, compañero?

- No, no sé..... ¿Por qué?
- El asunto de esta niña es sonado..... Oh! Llega la beldad del hospital.-

- ¡Disculpen!. Gracias por el piropo.... Dr. Navas: El paciente de la pieza trece, pensionado de segunda, se queja demasiado; el resto de enfermos están muy molestos. -
- ¿Este señor es aquel temático de apellido Pérez?
- Sí doctor.-
- Dígale que le informó a su médico del reciente malestar, que él ordenó inyectarle... Llévese dos c.c. de agua destilada y suminístrele esa dosis instramuscular.
- Muy bien doctor.... Con el permiso de ustedes.-

- Lo tiene señorita.... Hay pacientes insoportables. Verás, está dando gritos de dolor... Cinco minutos después de los dos c.c. de H²0 está completamente bueno.-
-Volvamos al asunto anterior.... Qué es lo sonado del caso?

- Hace poco más o menos seis meses, esta niñita Castillo fue famosa en todo el país, los periódicos hacían tirajes especiales con escritos en relación a ella. ¿Tú no te enteraste? Creo que por ese tiempo fue cuando saliste al extranjero a tomar el curso de postgraduado.-

- Hombre tienes razón, para ese entonces yo estaba en el Brasil.... Aja... Cómo es la historia?

- Esta cípota es hermana de dos niñitos que aparecieron muertos, terriblemente mutilados a machetazos... Son hijos de un matrimonio campesino, los niños acostumbraban pasear con su hermanita en el camino real del lugar; un día de tantos, ésta llegó a su casa despavorida y a gritos contaba, que llegando a la quebrada que hay en el camino que va al pueblo, les apareció un hombre negro montado en un caballo y amenazándoles con una cutacha; ella salió en carrera a esconderse tras unas piñuelas, al rato, con más miedo que otra cosa, regresó en busca de sus hermanitos y les encontró hechos pedazos.
- ¡Hombre!... ¡Hombre !. ¿No capturaron al monstruo ese?
- Déjame contar el cuento.... ¿Quieres?
-Anda, continua.-

-Cuando las autoridades tuvieron parte del asunto, enviaron patrullas en busca del malhechor, pero nunca dieron con él.... Ya los niños enterrados, pasado los famosos nueve días, la guardia fue perdiendo interés hasta olvidarse del caso.

- Qué irresponsabilidad, faltan de la forma más tranquila a su deber.... Ven siéntate, estoy cansado de estar de pié, el cuento está interesantísimo, terminalo.-
-¡Dame un cigarro!-
-Toma.... Prosigue la historia.-

- No al mucho tiempo de acontecido lo anterior, aparece nuevamente la niña con su hermanito, el menor, también macheteado y siempre con el mismo relato.-
- Y eso?... Este lío es digno de Poe... Parece que te buscan.-
-Doctor Navas: Han llegado dos heridos.-
-Entendido, ya llego.-

- No.... Mire: Dígale a la señorita enfermera de tumo, que dice el doctor, haga el favor de ocuparse de esos casos, que si no son graves comience a trabajar, él llegará dentro de un momento.- Espera Navas, si es caso serio te llamarán, yo te ayudo.... Para mientras termíname el cuento. -
- ¡Bien!... El domingo es día pesado para médicos de tumo, eso de los heridos es a cada momento.... ¡Bueno!... Como te iba contando, llega la niña con el mismo llanto anterior. Esta vez las autoridades comienzan a sospechar de la cipota, le someten a intensos interrogatorios, hasta hacerle confesar que era ella la que daba muerte a sus hermanitos.
- ¡Carajo!... ¿No dijo el por qué de semejantes barbaridades?

- A eso voy... La trajeron presa y pasaron el caso al cuerpo médico departamental. Nos reunimos. Cada uno dio su parecer sobre el particular; ya puestos de común acuerdo, practicamos interrogatorios y exámenes de toda clase, los resultados nos hacían ver que estábamos ante un paciente completamente sano.... Lo único de analizar, era eso de afirmar constantemente que ella no hacia esto de gusto, que cuando esas cosas sucedían, veía a ese hombre negro matar a sus hermanitos, pero que luego se daba cuenta que era ella la asesina.
Esto, ligado a ciertos detalles de la vida que la niña llevaba en el campo, aptitudes difícilmente perceptibles que creímos adivinar durante la investigación, más hechos narrados en las descripciones de sus padres, vinieron a convencemos de que estábamos ante una siconeurópata. Este fue el diagnóstico y, recomendamos inmediato traslado de la niña a un hospital de alienados mentales.
- Entonces ¿Cómo vino a morir a este hospital?
- Espera hombre, te lo diré.... Ayer trajeron a esa niña del cuartel, casi muerta, en el cuerpo se le adivinaban, a simple vista, contusiones por todas partes...... El médico forense, que también es médico de la guardia y a la vez director de nuestro hospital, fue el único que la asistió. Murió al poco tiempo de haber llegado aquí, la hoja médica acusa la muerte a causa de un golpe fuerte en la base del cráneo.-

- Esto fue que la golpearon en la cárcel... ¿Qué dice la declaración del comandante?

- Este, narra que la niña sufrió un ataque como de epilepsia, se tiraba contra las paredes hasta quedar inconsciente.-

- Ahora si, eso ya es otra cosa, es que con los cuarteles uno siempre se imagina lo peor.

- Colega: No se me adelante.... La sirvienta de mi casa es querida de un policía y ésta cuenta que su hombre le dijo, fue el sargento Juárez el que mató a la niña. Según la sirvienta, éste quena hacerla de él antes de que la trasladaran a la capital.... Antenoche llegó borracho e intentó tocarla, la muchacha le escupió la cara, el guardia se indignó y a la vez que decía un sin número de epítetos llamaba a los compañeros que andaban tomando con él y les pidió ayuda; Así, entre varios, la violaron hasta pasar todos por ella. Cuando la trajeron, sólo vino a morir.
- Viene correo nuevamente.-
-¡Perdonen!.... Doctor : Dice la señorita superiora que entre los heridos está un caso de cirugía, tiene todo preparado, sólo espera su llegada. El herido pierde mucha sangre.-
- Muy bien. Ya estoy allá.... ¡Qué molestan!... Dijiste me ibas a “echar una manito...” Nos esperan....
- Como no colega, le acompaño. ¡ Vamos !.... No pensé mal cuando culpé al guardia.... La familia de esta niña, ¿No indagó nada?.
-¡Que va!. El forense les contó lo sucedido a su manera y éstos le creen y se conforman.... Llegamos a la sala. Entra Méndez. -
-¡Doctor Navas!.... ¡Doctor Navas!....
-¿Decía señorita?
-El enfermo Pérez, pensionado de segunda, murió.-























































ERA HORA DE LUCHA HASTA EL FINAL

Tan, tan... Tan, tan... Tan, tan... ¡Abran las puertas! Tan, tan... Tan, tan... Salgan compañeros... Abran las puertas... Necesitamos armas...

Casa a Casa... Todo el pueblo.-

¿QUÉ tienen?... Necesitamos pistolas, cualquier pistola; rifles, cualquier rifle; escopeta, machetes, hachas; todo lo que puede ayudar para atacar a la GUARDIA.-
No... ¡No tengan miedo! Nosotros No hacemos daño a nadie... Somos F.S.L.N... Sólo necesitamos armas... Lo que sea... Si pueden tener las puertas abiertas, mejor, así nos ayudarán mucho más.-

Tan, tan... Tan... Casa a Casa. Puerta a puerta. Toda la noche de un sába¬do de Septiembre del 78. - El domingo, El pueblo estaba en manos de los “MUCHACHOS DEL F.S.L.N.” Unos pocos jóvenes miembros del F.S.L.N., por la noche, habían llegado a tocar las puertas de las ca¬sas del pueblo; en la madrugada del domingo, la juventud heroica, ayudados por hombres y mujeres valientes, dominaban la ciudad.-
Se luchaba, en la mayoría de los casos, con huleras, bombas de mecate, machetes, cuchi¬llos, hondas, palos y gritos.- Las armas de fuego eran pocas y andaban en manos de los muchachos más expertos.- Sobraba el valor y la decisión de lucha.-
Las mujeres hacían la comida... Lo que se podían. Los niños eran mensajeros. Los hombres maduros hacían barricadas ayudados por los viejos.- To¬dos los habitantes honestos estaban en las calles y en pie de lucha.- Cin¬co mil jóvenes se enfrentaban a la Genocida Guardia Nacional. Su fuerza era el grito de "Patria Libre o Morir” La Guardia Nacional era impotente. Salían de sus cuarteles amparados a
tractores, camiones y tanquetas; la gran mayoría de ellos usaban chalecos antibalas, sus armas eran variadas y modernas con poder de fuego destructor.- Á carreras cortas, agachados, resguardándose en paredes y mochetas, disparando a todo lo que se moviera o no, derrochando plomo de todo calibre a grado de locura; avanzaban destruyendo todo, ganaban terreno sólo sobre ruinas humeantes... Su marcha era aterrorizante y dantesca.... De repente:

"PATRIA LIBRE O MORIRn

Universo de jóvenes gritos florecían en todos los rincones, invitando a la lucha: Patria o Muerte... ¡Venceremos! Los plin de las balas de rifles "veintidós", el "pon” de las escopetas de caza, el "plaf-plaf-plaf de las huleras y el sumbido de las hondas, seguidos por lluvias de piedras con esta¬llido espaciados de niples... Eso era todo, pero incontenible.. Entonces, los guardias no resistían e iniciaban su vergonzoso retroceso... Para atrás, de vuelta a sus cuarteles, dejando a sus pasos, sólo ruinas y muertes de ciudadanos inocentes e indefensos; muchas veces, correligionarios de ellos mismos; la guardia no confiaba en nadie, le temía hasta su propia sombra.-

Pasó el tiempo y la escena de la lucha era repetitiva.. Los muchachos no ce¬dían, eran invencibles. Llegó el día en que los Guardias no salió de sus fuertes... Llenos de miedo, empapados de terror, se refugiaron en sus madrigue¬ras, maldiciendo a los “MUCHACHOS”, esos chavalos que los aculaban a pedra¬das y a gritos; decidieron desquitarse la derrota torturando y matando a los presos opositores que habían detenido días antes.-

Salgan "hijueputas” ¡Peleen!... Aquí los esperamos.- Era el grito que se escuchaba alrededor de los cuarteles, pero "guevon que salían... Era más fácil torturar y matar ciudadanos presos.
La guardia cortó la energía eléctrica y el agua potable del pueblo, no dejaban entrar ni salir a nadie de la ciudad, la periferia era de ellos,
tenían montado un cordón de plomo para ahogar al pueblo.- Se llegó casi a no pelear, a no sentir peligro; los ”MUCHACHOS” andaban por todo el pueblo con tranquilidad de paisanos. Aseguraban sus puntos estratégicos; limpiaban las armas que le habían quitado a la Guardia; se hacía inventario del parque y de alimentos, se curaban los heridos y se asistía a los ancianos... Todo era orden y entusiasmo. También mediante juicio militar sumario, se habían condenado y fusilado unos soplones y orejas que había hecho mucho daño.-
El cerco de fuego que había puesto la Guardia, no le sirvió de nada; los “MUCHACHOS” conseguían provisiones, medicinas, alimentos, lámparas de gas o batería, candelas... Los pobladores acarreaban todo.- La mayoría de los médicos de la ciudad eran consecuentes con la lucha y se mantenían el servicio médico, gra¬tis para los habitantes y los combatientes.-

La ciudad peleaba, era irreductible.- Este pueblo era hecho de otra madera, era madera puro corazón; allí, o se vencía o se moría, pero ni un paso atrás.- Los políticos vende patria y la Guardia Nacional se convencieron de que ya no tenían nada que hacer.- Entonces, pidieron a Somoza les mandara su famosa Fuerza Aérea, más conocida como la “FAN” Los terribles aguiluchos del régimen.- Cuatro aviones Puchan-Pull, siete largos días, de seis de la mañana a seis de la tarde, con metralla de cincuenta milímetros, rocket de fragmentación y bomba incendiarías, vomitaron fuego sobre el pueblo; la ciudad de¬saparecía, se extinguía en la lucha, pero crecía en la historia.- Era invencible.-

Habían transcurridos tres días de lucha, del FSLN habían muerto dos, de los jóvenes incorporados habían muerto siete y se contaban quince heridos.- Entre la población civil, no involucrada en la contienda, se tenía gran cantidad de heridos, había muchos muertos; las casas desaparecían tras los diarios bom¬bardeos aéreos.- La Infantería de la Guardia no daba la cara, no salía e pelear, permanecían en sus cuarteles.-

Por estrategia había qué retirarse»

El espíritu combativo de los “MUCHACHOS” estaba más alto que nunca, todos pe¬dían quedarse hasta las últimas consecuencias, nadie se “aguevaba”.- Querían rifarse con los Guardias, hasta «Vencer o Morir» El bombardeo aéreo persistía y la ciudad se esfumaba bajo humo y estallidos de bombas.- Era necesario retirarse, no se podía continuar; por la población indefensa había que sa¬crificar un poco aquella disposición de lucha.-

La orden llegó: De cinco en cinco... Unos hacia el oeste y otros hacía el es¬te, sur y norte, debían retirarse a las montañas.- La prueba estaba hecha con buenos resultados, la operación había terminado: Somoza y su Guardia no eran invencibles.- Con sangre, se había rubricado la sentencia... Los asesinos del pueblo tenían contado sus horas de poder.-

La retirada fue una obra de arte de guerría, la genocida no se enteró; en la madru¬gada del 21 de Septiembre, el pueblo quedó íngrimo de jóvenes; entonces, la Guardia cebó su venganza.- Entró la EBI derrochando odio sobre la población indefensa e inocente e imprimió la huella de su bota militar imperialista.-

Robaron, quemaron, violaron y mataron... Fue orgía de sangre; pero un rumor se extendía estremeciendo las conciencias estelianas: Los “MUCHACHOS” regresarían.... Era hora de luchar hasta el final.-

Estelí, Octubre del 78.-






















































ERA UN REY

Se cuenta que en un lugar de la tierra existe un reino prolífico; pero ahí
nadie tenía nada porque todo, todo era sólo del Rey.- Este Rey era muy malo y ambicioso; robaba lo que se le antojaba y le gustaba, mataba muchos súbditos y mantenía las cárceles llenas de gente que a él no le simpatizan; los habitantes de aquel reino, con el tiempo, se acostumbraron a ver a su Rey hacer y deshacer de hacienda y vida del pequeño país, el que había transformado en su Gran Imperio.- Ahí, sólo se ve todos poderosos, al Rey, a Su Ejercito y Servidumbre; el pueblo estaba indigente, miserable y muerto de hambre.-

Así pasó el tiempo, mucho, mucho tiempo; mas sucedió un día que el Principe, hijo dilecto del Rey, creció, entonces, el Rey le dio bastante, pero muchísimo poder, tanto, que hasta el mismo Rey se empequeñeció ante el hijo, y los habitantes se estaban volviendo enanos y eunucos,.. Desde entonces fueron las cosas de mal en peor hasta llegar a lo inaguantable,-

El reino tiene unos pueblitos, distantes de la Ciudad del Rey; los vecinos de estos lugares, son humildes y sencillos, pero muy valientes y no estaban de acuerdo con los procedimientos del malvado Rey y su Chigüin... Un día, se reunieron todos, y llenos de indignación, a una sola voz, gritaron: ¡BASTA YA! El tremendo grito, en clamor, se escuchó por todo los pueblos del mundo, y en todas las montañas el eco repitió: ¡BASTA YA! ¡BASTA YA!

El Rey y el Príncipe montaron en cólera y llenos de furor mandaron a su Ejército a exterminar todo lo existente en esos poblados.- La Poderosa Guardia del Rey, dirigida por El Príncipe, llevaban tanques, cañones, aviones y metrallas manejadas por miles de zombies sedientos de sangre; los habitantes de los pueblitos sólo tenían como armas, palos de escobas, machetes, cuchillos, piedras, triquitraques, rifles y pistolas de balín.- Pero así, esperaron al Real Ejército y le dieron la batalla.
Que sorpresa la de todo el mundo, cuando el Ejército Invencible, no pudo derrotar al puñado de valientes que, defendía aquellas nobles poblaciones.- Por más esfuerzos de avanzada que hacía el Glorioso Ejército del Rey, no podía penetrar en las calles de aquellos poblados... Ahí estaba su gente defendiéndoles hasta con las uñas y los dientes; los atacantes eran impotentes.

El Rey y El Príncipe, histéricos de furia, ordenaron arrasar con bombardeo aéreo, todas esas poblaciones; entonces, el “”Consejo de Ancianos”” deduciendo que la destrucción y la matancina de gente indefensa sería terrible, decidieron sa¬crificarse ellos y retirar a sus jóvenes hacía las montañas, para tratar sí de evitar la ruina total de sus queridas aldeas y conser¬var la estirpe.-

Cuando los defensores se replegaron a sitios seguros, La Guardia del Rey y el Príncipe se dieron gusto: Robaron a diestra y siniestra, quemaron casas y asesinaron mujeres indefensas y niños desamparados; así se quitaban la furia de no poder vencer aquellos valientes y heroicos jóvenes que se defendían con utensilios rudimentarios y la Fuerza de los Justos.- LOS CASERIOS SE PERDIERON... El Ejército del Rey y el Príncipe los desbarataron, matando y destruyendo vecindarios desvalidos; pero sus muchachos, hombres y mujeres, tomaron las montañas y siguie¬ron gritando ¡BASTA YA! ¡BASTA YA! El alarido retumbaba en los ámbitos de la tierra y el universo entero repite ¡BASTA YA!” ¡BASTA YA¡

El Rey, El Príncipe y sus partidarios, están desesperados, no aguantan en sus oídos el “”BASTA YA" cósmico.- Compraron miles de orejeras especiales y se las pusieron para no oír ese llamado telúrico y humano, pero el grito les penetraba hasta en la mé¬dula de los huesos:

¡BASTA YA¡ ¡BASTA YA!

El Rey y El Príncipe, su poderoso ejército y sus fieles servi¬dores por muchos meses pasaron repitiendo en obcecada letanía:

¡Malditos!... ¡Mátenlos!... ¡Extermínenlos!... ¡Exorcícenlos!... ¡Tienen pacto con el Diablo!.. ¡Embrujados!.. ¡Fantasmas!.... Hijos de Satán!...

Dicen que hasta la fecha están así... ¡Sobrecitos¡... Ese Rey, el Príncipe y sus Criados, enloquecieron totalmente ... No resistieron la derrota que les infringió un pueblo que quería ser libre.-:

Se cuenta que los jóvenes de esos lugares regresaron a luchar y que no dejaron de hacerlo hasta lograr su liberación total.-





















OFRENDA

Patria:
si la Libertad
ofrenda exige
y tu dignidad perdida,
en la lucha de encontrarse,
reclama de sus hijos
GUERRA Y MUERTE.....
Haz de mí, patria querida,
¡Bandera! ¡Símbolo!
Estandarte de ese embate....
Que lleve impreso
el rojo de mi sangre
y calavera de mi muerte.


































INDICE

1) Dedicatoria.............................................................
2) Memoria en Retazos..............................................
3) Una Opinión............................................................
4) Prólogo del Dr. Alejandro Dávila Bolaños...........
5) El Lider....................................................................
6) ¡Ah!... ¿Qué Mundo Este?....................................
7) Era del Partido.......................................................
8) No Había Inconveniente........................................
9) Un Triunfo Más.........................................................
10) Situación................................................................
11) Diálogo de Hospital................................................
12) Era Hora de Luchar Hasta el Final........................
13) Era Un Rey...............................................................
14) Ofrenda......................................................................
15) Índice.........................................................................































































Este libro se terminó
de imprimir, el ___
de ____________ del 200__,
en los talleres gráficos
de___________________
en___________, Nicaragua



























José Floripe Fajardo










"Con la Guardia Nacional, el espíritu y la letra de la ocupación yanqui persiste en toda su fiereza y violencia.
El miedo que sentimos es bárbaro.-
En esto, además de la naturalidad con que están escritos, radica el valor de estos cinco breves cuentos estelianos de José Enrique Floripe Fajardo, natural de Estelí, nacido en 1936.-

Sirvan estas líneas para presentar al valiente cuentista y a sus escritos realistas, inspirados en una trágica
época vivida por nosotros los nicaragüenses".-

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