miércoles, 8 de octubre de 2008

PASAJES

Me enteré que tenía varias anécdotas buenas para ser contadas, unas de carácter muy personal y otras ajenas pero que en su mayoría son auténticamente estelianas y consideré muy buen pepene para recordar, entonces decidí escribirlas para que se conservaran y fueran conocidas por los lectores a quien pudieran llegar estas páginas. Es muy posible que lastime a algún pariente de los personajes de estas anécdotas, personalmente siento mucho ese aspecto, pero la cosa es que lo que narraré se cuenta comúnmente en los corrillos del pueblo y a veces alterando indebidamente los sucesos, lo que haré es escribir lo que ya se ha dicho en todos los rincones del poblado, para que estos pasajes queden registrados para siempre en las memorias de la comunidad.

VEREDA TROPICAL

1) En una noche de luna llena, a la orilla del mar, estaba yo cantándole a una regia mujer, el bello bolero "Vereda Tropical" Muy inspirado y lleno de dulzura entonaba: “Voy por la vereda tropical, la noche plena de QUIETUD con su perfume de humedad y en...

La mujer interrumpió mi enamorado canto y dijo: --Si yo planeara una noche en el mar contigo, no sería plena de quietud.-

DE DON JUAN

2) Enamorando a una bella panameña le decía: Yo no juego, no bebo, no fumo, no soy vago, salgo de la casa al trabajo y del trabajo a mi casa... Yo soy el hombre...

La panameña interrumpe mi enamorado parlamento y dice:

--¿Qué esperas para pegarte un tiro?

CONQUISTANDO

3) Le explicaba a una muchacha que a mi no me gustaban los vicios envueltos en papel ni en vidrio, y con mucha malicia agregué que sólo era adicto a los vicios envueltos en sedas.

Ella respondió al instante:

--¡Qué lástima!... Sólo envueltos te gustan.-


OTRO GALLO

4) Estaba coordinado un Grupo Focal en la Alcaldía de Somoto y, en una de mis intervenciones dije:

--Si eso fuese así “Otro gallo nos cantara--

Del grupo de asistentes salió una voz femenina que dijo: --o gallina—

Condescendiente respondí: Tiene usted razón: “Otro Gallo o Gallina nos Cantara”

Nuevamente, del grupo salió otra voz de hombre, que dijo:

--El gallo canta, la gallina cacarea--

Salió otra voz, también de hombre, que agregó: -- La mujer fue formada de una costilla de Adán...
Es “Subproducto”—

CHINGASTITO

5) Como a eso de las 8:00 pm. veníamos de Somoto para Estelí; una luna llena venía queriendo asomarse por las montañas; como Somoto queda en un hoyo de cerros, la luna todavía no se veía pero anunciaba su aparición con una luminosidad sorprendente; era como un chisporroteo maravilloso y bello el que se definía del fondo de los cerros, era un espectáculo que pasmaba.- Una mujer que venía en el vehículo dijo: --¡Idiay! ¿Qué pasa? Otra contestó: --Esa luna se desprendió, cayo al fondo y se hizo chingastito.-

LA EDAD

6) Las mujeres en Estelí ya no preguntan la edad, ahora dicen: ¿Qué tiempo tienes de uso?

CON FIANZA

(7) A un prestamista, supuestamente recomendando a un necesitado de dinero, le llegó esta nota:

Querido compadre:

El portador de la presente es viejo conocido mío, hombre trabajador, de grandes cualidades ciudadanas y confianza puedes darle lo que desee.-

Afmo.


TELEGRAMAS

(8) Existía una pareja con amores clandestinos, pero había el peligro de que la esposa del varón los agarrara con la masa en la mano; para minimizar el peligro se dispuso que un amigo avisaría por telegrama en clave el día que llegaría el partido al pueblo para tener tiempo de preparar el ambiente.-

El día que el encuentro se iba a realizar, llegó el telegrama y decía:

Báculo

En recibí conforme, se contestó con otro telegrama que decía:

Binóculo

TAN GRANDE Y TAN LLORONA

9) Don Federico Torres, adinerado campesino esteliano, que llegó a ser Diputado del Gobierno de Somoza García, haciendo un recorrido por una de sus propiedades campestres, encontró a una hermosa campesina bañándose en una quebrada, Torres que no sabía perdonar oportunidades como esa, bajó del caballo y después de la ceremonia y parlamentos del caso, se puso a fornicar con la campesina.-

El mozo chambelán, conociendo bien a su patrón, adelantó un poco su caballo sobre el camino, pero no tanto como para no oír la conversación de los fornicadores; escuchó que la mujer se quejaba exageradamente y que don Federico le decía:

Cuando Torres había terminado su amorío, montó en su bestia y alcanzó a su mozo, éste le comentó:

Don Federico, riéndose le respondió: No hombre, fue que cuando la acosté, cayó con las nalgas sobre un nido de hormigas y las jodidas animalas se la comieron a la pobrecita.-


MEJOR UNA SOGA

10) Un pequeño productor campesino esteliano acusó ante el Comandante de la Ciudad a un compañero de trabajo de quererlo matar a balazos y que ya le había mandado la amenaza de muerte; el Comandante mandó a llamar al acusado y delante del demandante le preguntó: ¿Es cierto que usted amenazó a este señor de quererlo matar a balazos? El acusado contestó indignado: ¿Cómo voy a querer meterle balazos a una alimaña tan insignificante como la que tengo enfrente? ¿En que quedaría mi sentido comercial? Yo lo ahorco y después uso el mecate para otra actividad.

En relación al tema anterior, Estando muy joven, le pedí a mi papá que me diera para comprar una motocicleta, él muy seriamente me contestó: Mejor te doy dos córdobas y compras un bala treinta y ocho. Me sale mucho más barato.

LE MANDÓ LOS MACHOS

11) Un Comandante de la Guardia Nacional, en la Ciudad de León, mandó a un ordenanza a donde el Dr. Mariano Barreto, con una nota que decía:

Necesito urgentemente patrullar una zona muy quebrada del territorio, mándeme cuatro machos apersogados, se los devolveré cuando termine el operativo.

El Dr. Barreto, muy condescendiente, ordenó a sus mozos amarrar a sus cuatro hijos y llevarlos ante el Comandante de la Plaza.

PONELE LIMÓN

12) Muy joven, mi gran amigo Horacio Pereira Lanuza amaneció un día con una gran goma, a escondidas se fue al traspatio de su casa para echarse los tragos necesarios para salir de la cruda, cuando se estaba tomando la primera buchada oyó la voz de su papá, don Horacio, que en tono conminativo, le decía:

-Ponele limón Lachito, con limón, para que no te haga daño-

CON LAS VÍSCERAS

13) Una novia me decía: - No te puedo decir que te quiero con todo mi corazón, porque yo no siento nada en el corazón, cuando ya tardas y no llegas, siento que se me retuercen todas las tripas, por eso creo que te quiero con todas mis vísceras.

¿EXTRANJERO USTED?

14) En Nicaragua, en el campo, una gran mayoría cree que el extranjero es alto, blanco, rubio y ojos azules.

El doctor Simeón Rizo Gadea, jinotegano y hacendado, hay que decir que era bajo de estatura, de piel oscura y pelo negro liso pintando canas, se regaló una temporada por Europa, a su regreso, queriendo narrarle al capataz de su finca algunas aventuras en el viejo mundo, le decía:

Nosotros los extranjeros allá...

El capataz le interrumpió preguntándole con asombro superlativo: ¿Extranjero usted doctor? No lo creo.

QUE SEA ARREPENTIDA

15) Estaba con un grupo de compañeros tomándonos unos sabrosos tragos en una cantina de esas que sirven el licor acompañado de sabrosas bocas, la conversación versaba sobre lo difícil que era el encontrar una compañera mujer de calidad, cada uno de los compañeros exponía su criterio y hubieron muchos sobre el tema pero a la vez había contradicciones; la dueña de la cantina que era la que se había tomado la responsabilidad de atendernos, al escuchar la discusión y ver que no nos poníamos de acuerdo, intervino con decisión y dijo: No jodan ustedes, el que quiera en realidad meterse con un tronco de mujer, que busque “una puta arrepentida”


VOZ DE BURDEL

16) En ese entonces vivía en Managua, en el reparto de Ciudad Jardín S – 2, era una noche como a eso de las once p. m., ya estaba dormido cuando me desperté a los golpes en la puerta, me levanté a averiguar que pasaba y me encontré con mi buen amigo Fabio Gadea Mantilla en compañía de alguien a quien no recuerdo en estos momentos, les hice pasar adelante y claro, le pregunté a Fabio qué le hacía llegar a esas horas, Gadea Mantilla, con la mayor tranquilidad me dijo:

- Hombré, vengo a traerte para que vallamos a ponerle un tronco serenata a mi mujer que hoy está cumpliendo años – Hay que especificar que Fabio era el Director Propietario de Radio Corporación, una de las mejores radioemisoras del país y en el tiempo que no había televisión. Inmediatamente le repliqué:

- ¡Ya la embadurnaste!... Tenés los mejores guitarristas de Managua a tus órdenes y venís por mí para ir a poner una serenata a tu mujer... Ya la cagastes toda.

Fabio, como seguro de lo que estaba haciendo respondió:

- ¡No jodás vos! ¿Quién te puede superar en una serenata, con esa tu guitarra desafinada y esa tu voz de burdel?

Humildemente tomé mi guitarra desafina y me fui con el tal Fabio a lucir mi voz de burdel. Tronco de borrachera la que nos pusimos.

COSAS DE DON PAULINO

Don Paulino, esteliano, ciudadano circunspecto, muy conocido y estimado en la sociedad esteliana, fue senador de la república y tuvo muchos cargos políticos de alta jerarquía, hizo muchas obras con miras de servicio público a la Ciudad de Estelí; era un hombre con cara de pocos amigos, pero en realidad era como un disfraz porque fue persona de fácil favores y de mucho humor. Lo conocí siendo muy niño, pero las anécdotas que narraré son pasajes que oí comentar a personas mayores de la localidad que perennemente estaban platicando cosas de don Paulino:

17) En tiempos que el agua que se consumía en ciertas casas de Estelí era extraída de pozos muy hondos con baldes colgados a mecate de pita enrollados a un malacate, don Paulino sentado en su señorial escritorio, necesito los servicios de su criado de confianza y lo llamó en voz alta:
- Víctor - Repitió varias veces el mismo nombre y cada vez que lo repetía lo hacía con más fuerza y más enfado, hasta que corriendo y cansado apareció el muchacho que con más miedo que otra cosa le dijo: - ¿Me llamaba señor? –
- ¿Cómo no te voy a llamar? - Contestó don Paulino, y componiéndose el pecho continuó: -¿Qué estabas haciendo muchacho jodido, que te llamo y no venís? –
Víctor, atemorizado, respondió: - Es que estaba sacando agua del pozo, pero en cuanto llegó el balde arriba lo jalé al brocal y me vine corriendo.
Don Paulino mostrándose muy enfadado le recomendó: - Cuando yo te llame, si a tu madre tienes en las manos, la sueltas y te vienes inmediatamente. – Si señor – Dijo Víctor, y escuchando las recomendaciones de su patrón, se fue corriendo a cumplir con lo encomendado.
A lo pocos días de lo sucedido, está Víctor nuevamente sacando agua, cuando el balde repleto de agua está ya en el brocal del pozo, se escuchó el grito de don Pulino: - Víctor- El muchacho suelta el malacate y sale corriendo para donde su patrón, mientras el balde cae al fondo del poso haciendo un ruido infernal Cuado Víctor llega ante don Paulino, esté tremendamente enojado le pregunta: - ¿Qué pasa con ese balde? -¿Quién lo dejó ir? - Víctor le responde: - Yo señor, usted me dijo el otro día que cuando usted me llamara, si a mi madre la tenía en las manos, la soltara y me presentara inmediatamente, estaba sacando el balde cuando usted me llamó, lo dejé ir y aquí estoy - Don Pulino totalmente iracundo, le explica: - Yo te dije a tu madre, no a mi balde hijueputa–

18) Estaba llegando a Estelí don Paulino, venía de Managua y tenía bastante de estar fuera de su pueblo, se fue deprisa a ver como estaba quedando su casa, una hermosa mansión que estaba construyendo con el sueño de pasar sus últimos años de vida descansando y gozando de la sabrosura de una hermosa casa solariega. Entró por el portón de la caballeriza y cuando llegó al patio vio con enojo que había dejado en el centro del predio que sería el jardín, una enorme piedra negra azul de más de dos metros de alto, terminando en punta y con una base de dos metros de diámetro; cuando don Paulino salió de su asombro, montó en cólera y tratando mal a todo el mundo preguntó: - ¿A quien jodido se le ocurrió dejar esa roca dentro de la casa? El capataz de la obra se responsabilizó del asunto y trató de que don Pantaleón entendiera que la piedra en medio del jardín, cubierta de musgo y con helechos de montaña a su alrededor, luciría muy bien; pero don Paulino no entendió el cuento, lleno de furia y hablando hasta por los codos, comenzó a buscar como sacaba el pedregón de la casa; después de estudiar todas las posibilidades y hasta pensar en dinamitarla con el riesgo de perjudicar el edificio que ya estaba casi terminado. En medio de aquel alboroto, se escuchó la voz de “Pancho Con Con” Francisco Merlo, viejo trabajador de don Paulino, que le decía a su patrón: - Oiga don Jefe, no se enoje hombre, váyase para Pueblo Nuevo a ver sus cosas, cuando regrese ya no estará la piedra - - ¡No jodás Pancho! - Dijo encolerizado don Paulino y prosiguió: - ¿Cómo me garantizas que vas sacar esa roca hijueputa de ahí sin joderme la casa? - - Mire patrón, dijo Pancho, usted me paga cien pesos y yo le desaparezco esa roca sin hacerle un rasguño a la casa - - Doscientos te doy, indio pendejo, le dijo don Pantaleón y agregó: Mañana me voy a Pueblo Nuevo, cuando regrese veré tu hazaña, cuidadito con hacerle algo a la construcción. Don Paulino se fue, y después de estarse como un mes en Pueblo Nuevo, regresó a Estelí; lo primero que hizo fue ir a ver lo de la piedra, todos los trabajadores los estaban esperando, cuando entró al patio, su asombro fue no ver la roca, entonces buscó que le habían hecho al edificio para sacar el pedregón, pero no pudo encontrar nada que le indicara alguna alteración y lleno de soberbia gritó: - Pancho Con Con... ¿Qué hiciste? ¿Cómo sacaste la piedra? Te duplico el pago si me contás como desapareciste la roca - - ¿Me duplica los doscientos pesos que convenimos patrón? - Preguntó con humildad Francisco, y don Paulino repostó: - Si huevón, te duplico lo reales si me decís que hiciste con la piedra - Entonces Pancho Merlo, dirigiéndose al resto de trabajadores, les dijo: - Todos son testigos de lo que me ofrece el patrón... – Déjate de mierdas, indio patón, decime ya que hiciste con la piedra -
- La enterré ahí mismo patrón, hice un hoyo a la orilla de la piedra y con una barra de palanca logré que cayera en el hueco, después la cubrí con la tierra y la que sobró la saqué fuera de la casa con una carretilla, Sólo la enterré jefe - Dijo Pancho Con Con, cagándose de la risa y don Paulino le gritaba: - Me robaste hijueputa... ¡Me robaste! -


18) Don Paulino tenía una hija muy guapa, llegó a profesionalizarse en pedagogía y era muy asechada por los jóvenes del pueblo, pero la cortejó mejor un joven abogado foráneo y se comprometieron en matrimonio. El día de la boda, que se realizó sin pompa en la casa de don Paulino, la joven pareja, después de la ceremonia intentó quedarse a pasar la Luna de Miel ahí en la casa de la novia, pero don Paulino adivinando la intención les abrazó paternalmente y con filial cariño y en voz baja les dijo: - Ya están casados, ya les eché mi bendición, así es que ahora, a culiar a la mierda -


19) Víctor, el criado de confianza de don Paulino, estaba entregado a la tarea de pintar las paredes de la casa, se había encaramado en un andamio y silbando el vals Sobre las Olas, pasaba la brocha llena de pintura sobre la superficie de la pared, en uno de esos momentos se apareció don Paulino y le dijo: - Muy bonito Víctor, muy bonito... ¿Pero por qué no silbas mejor La Cucaracha?


DON JOSE FLORIPE VALDIVIA

Mi padre, don José Floripe Valdivia, era un hombre como pocos, serio, circunspecto, cariñoso, sabio, trabajador, excelente padre, marido, hermano y amigo, dedicado al estudio ecuménico, recto y valiente hasta la temeridad, en él no existían dobleces de ninguna especie, por eso digo yo, era muy difícil ser hijo hombre de él, sobre todo cuando se es el mayor de la familia como me tocó a mí. Creo que con el hijo que más habló fue conmigo, a veces me confiaba sus pensamientos y yo me embebía en ellos, aunque no los emulaba, pues mi carácter era casi opuesto al de mi padre, no me faltaba hombría, pero era parrandero, mujerero, cantinero y jugador, esto se volvía contradicción muy seria en el aspecto de llegarme a entender bien con él. Contaré algunos pasajes que quedaron impresos en mí y que fueron lecciones que en cierta forma moldearon para bien mi actual carácter.

20) Nosotros, los Floripe Fajardo, éramos cinco hermanos, dos mujeres y tres hombres, los tres barones les dimos mucha guerra a nuestros padres, los tres, uno mas que otro, fuimos bohemios y eso provocó mucho pesar en el ánimo de quienes nos querían correctos; César, tercero de los hijos, era picado, vago, arrechamente alegre, cantador, tocador de guitarra, acordeón y serrucho, era también físico culturista, lucía un cuerpo atlético y de muy buen parecido, noble, de grandes sentimientos; murió joven por ataque cardíaco en una calle de San Francisco en Estados Unidos. Cuando se disponía a estudiar el bachillerato, mi padre lo anduvo de colegio en colegio, se entiende que colegios populares, mi padre no tenía economías como para buscarle escuelas para hijos de familias pudientes, siendo enemigo de la Guardia Nacional Somocista, con el fin de que estudiara algo, lo quiso meter a la Academia Militar, pero el famoso “negro” del colegio que lo iban metiendo él se iba saliendo. Un día, ya desesperado, mi padre me dijo: - Con César, aún con dolor en mi alma, tendré que hacer lo que hacen los gitanos cuando los hijos no acatan la disciplina - Yo, totalmente confundido, le pregunté: - ¿Y qué hacen los gitanos? Mi papá con seriedad cortante respondió: - Los pierden en las ferias - A los pocos días, con cien dólares en la bolsa, César, “el negro Floripe” salía en vuelo aéreo para los Ángeles de California, lo despachaba don José a perderse a la feria.

21) En una de sus aventuras agrícolas, se le metió sembrar tabaco en Estelí, fue el primero que sembró tabaco en esta zona y fue el primero que dijo que el tabaco de Estelí era el mejor del mundo, ahora eso se ha confirmado pero son otros los que se llevan los créditos, también tuvo la primera fábrica de puros habanos; el tabacal lo hizo en la Quinta Nicolasa de don Tránsito Barreda, allí por el camino del Paso de León, donde son ahora los grandes tabacales cubanos; había sembrado diez hectáreas y las plantas venían creciendo envidiablemente bien, la cosecha que se avizoraba era una gran promesa para la economía del hogar Floripe Fajardo, mi papá estaba cargado de ilusiones, pues había invertido en ello toda su escasa economía y soñaba recuperarla con algo de ganancias, cuando en eso, se dejó venir un temporal fuerte de veinte días consecutivos y sin parar (en ese tiempo no se hablaba de huracanes ni de tifones, mucho menos de bajas presiones) eran simplemente temporales tremendos que dejaban grandes secuelas cuando se les antojaba retirarse; mi papá, como toda la gente del pueblo, no salió de casa esperando que amainara el mal tiempo; en un amanecer, llegó hasta mi cama donde estaba yo bien dormido, pegado a las colchas por el frío y me dijo: - Hijo, levantate, ya dejó de llover y vamos a ir al tabacal e ver como nos fue con el temporal - Me levanté a toda prisa y salimos camino a Quinta Nicolasa, cuando llegamos a donde era el plantío sólo vimos un predio lleno de lodo, no se distinguía una sólo planta de tabaco, una falda de cerro se había venido sobre la siembra y había cubierto de lodo todo el plantío, asustado más que sorprendido, volví mis ojos al rostro de mi padre, como buscando respuesta a aquel desconcertante espectáculo, como él era de piel muy blanca, lo vi enrojecerse, limpiarse la cara con un pañuelo y después de toser suavemente, sin epítetos, sin insultos al cielo, sin culpar a mala suerte, sin maldecir al temporal, dijo: - José Enrique: Dile a Pablo que recoja las herramientas, que las lleve a casa.. Hay que ir a buscar que hacer - Con toda tranquilidad se regresó al pueblo, entró a la casa y le dijo a mi mamá: - Delia, búscame ropa limpia que tengo que salir a buscar que hacer - Ese se me quedó grabado para toda la vida y supe que el que no hace nada nunca, come mierda siempre.

22) Nací en un hogar católico, pero sin fanatismos, los Floripe Fajardo, fuimos bautizados, confirmados y dimos la primera comunión, en mi casa se celebraba la purísima y la navidad, todo dentro del holgorio que permitía la economía casera del momento. Para cada celebración, el mejor y más activo ayudante de mamá era mi papá, él se prestaba a toda tarea en que pudiera ser útil, lleno de alegría juvenil, se contagiaba del contento de sus hijos y era un niño más asistiendo las necesidades que le fuesen encargadas. Ojalá mis hermanas no lean nunca esto, pero mi papá era ateo, un ateo muy respetuoso con la religiosidad de mamá y de la comunidad entera, pero yo sabía que él no creía ni en el mismo, era un escéptico muy serio y en todo sentido.

Cuando la insurrección de Septiembre del setenta y nueve en Estelí, mi papá estaba muy mal de salud, muy mal, ya era hombre de ochenta y cuatro años y padecía de arteriosclerosis cerebral y diabetes aguda; un día de esos duros de combates fuertes, iba yo llegando a casa buscando el almuerzo y en la puerta me encontré con un sacerdote gentil que me saludó amablemente y me dijo: - Acabo de confesar a su papá, es la mejor confesión que he hecho en mi vida sacerdotal - Aquello me impresionó un poco, emocionado despedí al joven sacerdote, era el Padre Bravo, le ofrecí acompañarle, pero me dijo que andaba escoltado por varios muchachos y me mostró el grupo de adolescentes que andaban con él; cuando el sacerdote se alejaba, mi mamá con gran felicidad me explicó: - Tu papá pidió un sacerdote y vino ese joven cura a confesarle - Le di un beso en la frene y me dirigí al aposento de don José, entré y en voz baja y con malicia le dije: - Ajá mi viejo... ¿Con qué pidiendo sacerdote? – Entonces en la cara se le dibujó una sonrisa pícara muy común en él cuando había cometido alguna travesura y haciéndome señas para que me acercara a su lecho, en voz muy baja me dijo: - Vino la vieja y amorosamente me dijo que si quería que trajera un sacerdote... ¿Cómo me iba a negar a su deseo? Le dije que si y me trajo un sacerdote simpaquísimo, le dije cuatro mentiritas piadosas y se fue feliz - Ahí comprendí una vez más la grandiosidad espiritual de mi padre, él sabia que tenía los días de vida contados, que en cualquier momento llegaba la despedida definitiva y decidió morir feliz, haciendo feliz al sacerdote, a mi mamá, a mis hermanas, a la familia y a todo el vecindario que comentaba en secretos piadosos que mi papá había pedido un sacerdote. Mi papá era ateo.


AMIGO MÍO

Efraín Valdivia era un ciudadano esteliano, medio campesino, más creado en el monte que en la ciudad, fuerte, tranquilo, buena gente, de carácter muy afable y excelente ejecutor de guitarra y mandolín, su amigos decían que era incapaz de matar una mosca.

El Maitro Lanza era otro ciudadano esteliano, de gran carácter, muy dado al humor sano, era bajo de estatura y de compleción delgada, era nervudo por que su oficio era de herrero, caminaba regularmente silbandito y cuando se encontraba con alguien le decía,

23) Un día Efraìn está de pie en la puerta de la casa de doña Candelaria, su mamá, en eso pasa por la cera el Maitro Lanza y le dice el consabido saludo Efraín, sin más ni más, le deja ir una trompada que se la pega en plena cara, el Maitro Lanza, sorprendido, sale casi en el aire hasta el centro de la calle donde cae sangrando e inconsciente; como Lanza era paisano muy popular del pueblo, una gente se amontonó a socorrerlo, apresurados a llevarlo al hospital y otra a reclamarle aireados a Efraín por su violenta acción, preguntándole por qué había hecho esa grosería con el Maitro Lanza, Doña Candelaria, mamá de Efraín, su hermanos, Miguel, Jaime, Haidee y Gonzalo, interpelan al improvisado tromponero y le exigían dar una explicación de su extraño comportamiento. Efraín, azorado y molesto con palabras entrecortadas y de acento rencoroso, explica: - Yo estaba en la puerta y pasó ese jodido y me dijo Mío dice el gato, el gato come ratón, el ratón come queso, el queso sale de la leche, la leche la da la vaca y la vaca tiene cachos... Cornudo me quiso decir ese hijueputa.

RESPONDE VOS

24) Don Andrés Briones, ciudadano jinotegano, radicado en Estelí, era una persona bonachona, más alto que bajo, grueso de cuerpo y excelente trabajador, vivía bajo el afán de su fábricas de productos alimenticios empacados y especies de todo tipo, fue hombre de buenos éxitos, hasta la fecha, la Fábrica BRIOMOL funciona, ahora en manos de su hijo y su esposa. Don Andrés, a pesar de ser hombre corpulento, tenía una voz atiplada, era una voz que no calzaba del todo con su personalidad. Era hombre de costumbres conservadoras, en las primeras horas de la noche cerraba su establecimiento y se reducía a los interiores del hogar, una día, en horas ya entrada la noche, tocaron las puertas del establecimiento con lujo de mala educación, entonces don Andrés se levantó con sigilo, pistola en mano y previendo se pudiera tratar de un atraco, listo a responder a cualquier circunstancia, con su atiplada voz le dijo a su señora:
25) - Respondé vos para que se enteren que hay hombre en la casa –

A COYOTEAR A LA MIERDA

26) El Dr. Benjamín Monge, farmacéutico, llegó a Estelí a trabajar como regente de la Farmacia Gámez, era hombre de magnífico carácter, amable y de muy buenos modales, pronto se hizo muy popular en la comunidad esteliana; como a la mayoría de la gente de su tiempo a él le gustaba, de vez en cuando, echarse sus tragos de agua ardiente y lo hacía en compañía de amigos del pueblo. Como en esos dorados tiempos los mosqueros eran corrientes en las salas de cantinas, los animalitos solían con frecuencia caer dentro de las sopas, frescos o tragos que los comensales estaban ingiriendo; cuando caía una mosca en el trago perteneciente al Dr. Monge, éste, con mucho cuidado la tomaba de una alita y violentamente la arrojaba hacia a un lado diciéndole: "a coyotear a la mierda" a continuación ingería sabrosamente la copa de guaro donde había estado la mosca y se saboreaba ricamente limpiándose con el dorso de la mano la humedad de los labios.


ESTÁ BUENA PARA ARREAR CHANCHOS

27) Allá por los años de mil novecientos cincuenta, en la zona norte del país, el campesinado ocupaba la luminosidad de las lunas llenas para hacer muchas actividades con el frescor de las noches claras de luna. Un día de tantos, estando yo muy joven, en compañía de mi gran amigo Enoc Valenzuela Úbeda, fuimos a recorrer parajes del Departamento de Nueva Segovia, en ocasión de estar en Susucayán un pueblito muy bonito de esa zona, cayendo ya la noche, estaba con mi amigo galanteado a dos guapas hermanas hijas del matrimonio que nos daba posada en el lugar; Enoc, maliciosamente se retiró acompañado de su pareja a un lugar más discreto, yo me quedé con mi regia compañera a la orilla de un cerco de piedra, en ese momento venía saliendo, tejida por las ramas de un extraordinario pinar, la hermosura luminosa de un luna llena, yo conmovido por el primoroso paisaje e impulsado por mi alma de poeta de aldea, dije: -Qué cosa más bella, esa luna es algo increíble- Si, respondió mi acompañante y agregó: -Está buena para arrear chanchos- Me quedé impávido y tonto.


POR ANDAR MAL ARMADO 1

28) Miguel Ángel López (El Chele López) era un joven muy bien parecido, amable y de muy buen carácter, todos, muchachas y muchachos del pueblo lo querían bien; al Chele López le gustaba el boxeo y todos los ejercicios que pudieran conformarle un cuerpo bien definido, fuerte y elegante. En el vecindario de su casa vivía Fausto Cruz, hombre rústico, fuerte y pendenciero, A Fausto le gustaba una de las hermanas de El Chele, todas lindas y extraordinarias mujeres, esto produjo una rencilla entre El Chele López y Cruz, ya habían llegado a darse de golpes donde sacó la peor parte Cruz, pues el Chele era muy bueno a las trompadas. Un día, en la esquina del Salón Azul, sala de billares frente a La Casa Roger Mangas, Fausto se apostó sombreado en un poste de luz a esperar a Miguel Ángel que estaba jugando billar, un amigo le llegó a decir al Chele que se cuidara, que Fausto lo estaba esperando a la salida del salón, Miguel Ángel que era muy hombre, salió de inmediato, para no hacer esperar al tal Fausto y con su deficiente revólver calibre “32” le disparó a Fausto y le acertó sus disparos en la boca. Dice la gente que Fausto escupió los dientes junto con las balas, sacó su revólver calibre “38 especial” y le disparó una sola vez al Chele y este cayó muerto. Fausto, después de ir al hospital donde le hicieron las curaciones respectivas, fue a la cárcel, lo juzgaron y fue condenado, pero un diputado del pueblo lo puso en libertad y se lo llevó al General Somoza García para que le sirviera de Mandador de una des sus haciendas.


POR ANDAR MAL ARMADO 2

28) Un médico del pueblo con un joven también lugareño eran enemigos por causa de faldas. El joven buscó al médico y lo encontró echándose tragos con unos amigos en una cantina del pueblo; cuando el joven entró al salón, lo hizo ya disparando contra el médico que se encontraba de espalda a la puerta de entrada, el primer disparo le pasó rozando el lado derecho de la nuca, cuando el médico sintió el disparo, se volteó y poniéndose de pie, se fue sobre el que le disparaba y mientras se le acercaba recibió sobre su humanidad tres disparos más... El medico llegó y echándosele en cima a su atacante, lo agarró con furia, le quitó la pistola calibre ”32” con que era agredido y con la cacha de la misma arma, de un golpe, le hundió el cráneo a su atacante quien murió inmediatamente; al médico lo llevaron al hospital donde fue atendido por colegas y le salvaron la vida.

POR ANDAR MAL ARMADO 3

29) Un joven de apellido Dávila que se ganaba la vida como buhonero rural, él vendía todo tipo de tela (cortes) que los dejaba bajo el compromiso de pagos bajos mensuales y por eso recorría la comunidades del lugar entregando más cortes y recogiendo los abonos periódicos de sus clientes. En uno de esos viajes se encontró con un enemigo que tenía, él sacó su revolver calibre “22” y descargó toda el tambor de su arma sobre la humanidad de su enemigo, éste, ya pegado, sacó su pistola calibre “45” y le pegó un disparo en el pecho del joven Dávila quien cayó muerto al instante, al otro lo llevaron muy mal herido al hospital, lo atendieron a tiempo y la salvaron la vida.


TEMIDO PRESTAMISTA

30) Benito Rodríguez, temido prestamista del pueblo; el ciudadano que caía en deuda morosa con él, pasaba ratos muy tensos pensando en el encuentro con Benito que siempre andaba armado con una amenazante escuadra calibre “45” con la que pedía cuenta a sus deudores. Un día, Benito entró intempestivamente a la casa de don Daniel Moncada (el famoso Negro Moncada) y sin mediar palabra, sacó su temida arma y apuntó sobre el pecho de don Daniel y le dijo: -Negro: Vengo a que me pagues o a matarte, con migo no vas a jugar- Daniel, con toda la tranquilidad el mundo, le respondió: -Dale Benito, jodete ya, a mi me sacas de apuro y vos vas a la cárcel o perdés el país para siempre, rempújale y no hablemos más. Benito temblaba de enojo y todo descompuesto se introdujo el arma entre la faja de su pantalón y salió de la casa hecho una fiera domada.


DEJE DE HACER AL MATÓN

31) Don Andrés andaba furioso con el abogado Tijerino, el que con malas mañas le había ganado un pleito legal por unos terrenos que por ley correcta le correspondían. Un día, venía don Andrés caminando de este a oeste sobre la cera de la casa de Benito Castillo Mejía y al contrario, sobre la misma acera, se le acercaba el Dr. Tijerino. Don Andrés muy enojado, sacó su revolver calibre “38” y cuando estuvo lo suficientemente cerca de Tijerino le dijo: -Voy a matarlo- EL abogado, imperturbable siguió su camino, con la mano izquierda apartó el arma que amenazante lo apuntaba y dijo: -Usted es hombre bueno, deje de andar haciendo al matón- Y siguió su camino. Don Andrés, sin saber que hacer, se quedó con su arma apuntando a nadie.




JOSÉ FLORIPE FAJARDO
esteliano

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