¿QUÉ DICEN LOS DEFENSORES DEL CONSUMIDOR?
JFF – 1-6-05 Cuando uno compra una tarjeta de Tiempo Aíre para hacer llamadas mediante el uso de un celular, está comprando espacio de tiempo utilizable en equis número de llamadas que calcen en el tiempo pagado para ello, ni un minuto más, ni un minuto menos, hasta aquí la operación es clara.-
Pero para forma de manejo técnico de parte del las Oficinas Administrativas que controlan estas operaciones, la cosas no son tan sencilla.- Si el usuario no gasta el tiempo aíre comprado en equis cantidad de días, su saldo restante es decomisado por la Oficina Central... ¿Por qué? Ese lapso aíre comprado tiene un dueño y es del que pagó por él, es propiedad privada del que lo compró y nadie tiene derecho a apropiarse de él sin autorización expresa de su dueño; el apropiarse de ese ciclo indebidamente es hurto, es robarle al usuario amparándose en derechos mal adquiridos mediante chanchullos hechos en las Oficinas Públicas que se ocupan en conceder derechos para este tipo de operaciones.-
Esto no se protesta en su debida forma porque los grandes usuarios, los grandes consumidores de
que les sobran los medios para oponerse a ser estafados, no tienen este tipo de problema, dado que el derecho que compran lo consumen con facilidad inimaginable y más bien siempre tienen necesidad de más espacio del que compraron, pero el pequeño usuario, que merca con gran dificultad una equis de mediana o pequeña cantidad de tiempo aíre, procura administrar esa opción lo mejor que se pueda, haciendo que su derecho pueda ser utilizado en el mayor número de llamadas que sea posible; en ese esfuerzo, llega al tiempo límite señalado para la tarjeta que compro, y por lo regular, su esfuerzo en ahorrar tiempo aíre lo lleva a llegar al límite con saldo de tiempo vivo, y es aquí, en estos casos, cuando la administración de lo celulares corta el derecho vivo de la tarjeta, deja en cero el saldo ahorrado y se embolsa sin ningún derecho todos los saldos que tuvo la suerte de encontrar con saldos de tiempo sin gastar en el tiempo prefijado.- En esta operación, los más perjudicados son los usuarios de menos recursos, siempre el pobre pagando los desafueros de los pudientes.- Esta modalidad de vender algo para ser consumido en equis tiempo, es como si uno llegara a comprar una cantidad de mangos y el vendedor le dijera: Le venderé la cantidad de mangos que usted quiera pero tiene comérselos en una hora, si usted no se los come todos en ese tiempo, la cantidad de mangos que no pudo consumir vuelven a mi poder.-
Las oficinas de los defensores de los derechos de los consumidores, andan en los mercados viendo quien está alterando centavos el precio de los productos básicos, pero en esos asuntos donde están de por medio millones de dólares, esos los ignoran y para ellos son inexistentes.-
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