Estelí, Febrero 25 de 1990
Se ha puesto muy en boga el hacer exposiciones a favor o en contra de la MUJER, En el seno de la sociedad que vivimos, han salido en este siglo, verdaderas paladinas defendiendo con ardor esos derechos que la sociedad actual les niega.
Se leen regios ensayos internacionales y nacionales sobre el tópico y, como HOMBRE, tal vez con espíritu progresista, he estado muy de acuerdo con esos planteamientos y me creo un impulsor sincero de esas teorías feministas.
En las exposiciones serias, de altos conceptos legales y filosóficos, jamás se ve el propósito de transformar a la MUJER en HOMBRE como condición para liberarla, nunca se encuentran tesis que nieguen la naturaleza de su realidad fisiológica.- Ella como tal, cumple su papel; posiblemente el más importante en el desarrollo del mundo.- ¿Qué más se puede pedir o exigir en la mujer para que se le reconozca su valía y le dejen disponer y disfrutar al máximo sus derechos sociales?
LA MUJER ES LA VERDADERA FORJADORA DEL MUNDO Así debe verse y respetarse. El HOMBRE moderno debe estar claro que si no es menos, no es más que la MUJER, cada uno en su rol. La sociedad debe otorgar mediante leyes exactas, todos los derechos que por siglos se le han negado inhumanamente. Esto no admite discusión. No son ellas las que deben estar luchando por ese privilegio, es el mundo entero, claro de este axioma, el que debe exigir hacer justicia en este aspecto.
Lo que hace pensar, seriamente sobre este aspecto, son las desviaciones con que se presentan muchas disertaciones a favor de la contienda. Hay organizaciones femeninas que enarbolan como bandera de lucha el SER IGUAL A LOS HOMRES; esta consigna antifeminista, les hace adoptar aptitudes horriblemente repelentes. Aterra encontrar MUJERES que se auto califican igual al HOMBRE. EL HOMBRE desea MUJER que se sepa MUJER, que se sienta MUJER y, que tenga orgullo del papel que como tal le toca vivir en este mundo; y, si no me equivoco, a una verdadera MUJER, le gusta el HOMBRE que expida humana masculinidad hasta en la más mínima expresión. ¡Claro!... Estas particularidades tienen que ser, deben ser dentro del más sagrado respeto a la individualidad de cada quien. Creo que ahí esta el meollo del asunto. Los hombres indefectiblemente son machistas y las mujeres indefectiblemente son hembristas.
A los HOMBRES, sinceramente, no les interesa un cambio fundamental en la relación actual HOMBRE-MUJER, porque equivocadamente, por ignorancia, creen salir perdiendo.
Las MUJERES, descuidadamente no ha profundizado en el fondo de sus planteamientos y, a la ligera, distorsionados, los desean imponer ante una sociedad masculina que se horroriza ante esos inadecuados fundamentos teóricos sobre los derechos de la MUJER.
En el amplio ámbito del trabajo, a la MUJER le sobra que hacer en su rol femenino, sin necesidad de andar buscando la justificación de sus derechos en la falsa premisa de ser igual o mejor que el HOMBRE.- Se olvidan de su innegable condición de MUJER y, muchas veces rechazan su divina realidad... Como MUJER, pueden ser muy superior al HOMRE si comprenden con exactitud su real condición humana.
No es siendo HOMBRE o haciendo cosas de HOMBRE que, la MUJER va a conquistar sus reales derechos. La MUJER siendo MUJER, sintiéndose MUJER y demostrando que, como tal, es superior al HOMBRE (así lo creo) es como debe luchar por adquirir esos derechos que esta sociedad erróneamente le ha negado, sin comprender que el día que a la MUJER se le reconozcan todos los privilegios que como ser humano debe gozar a plenitud, el HOMBRE será más HOMBRE.
Muchos hombres se han dejado influenciar por el antimovimiento antifeminista de grupúsculos intelectuales femeninos con oriente no adecuado.- Puse -anti- porque, éste, es contra y no en pro.-
La mujer no puede nunca ser más que mujer, esa es su naturaleza. Un grupo selectivo, quieren ser más que eso, son antimujer, no se enorgullecen de su género y, exigen derechos negándose así mismas, esa posición es contranatural.- Kadafi, dice que la mujer, con sólo dar hombres al mundo, se ha ganado y se merece todas los derechos y libertades habidas y por haber.-
La mujer, reconociendo sus limitaciones connaturales, puede, en la sociedad, llegar a ascender a niveles inimaginables dentro de su espacio y no queriendo arrebatar campos masculinos impropios a su verdad.
La mujer ha dominado siempre, ha sido la gran dominadora.- Ese poder de dominación, la mujer lo ha ejercido mediante máscaras de debilidad y, deseo de ser la eterna protegida, el hombre cae irremisiblemente en la trampa y es prisionero de ella en todo los sentido; él se disfraza de macho y ella acepta y ríe.-
Existen hombres conscientes de esto, pero, eso no les importa, ellos siempre usan el disfraz de dominadores y se satisfacen con ese papel, satisfaciendo también, en grande, a la mujer.-
Si hombres y mujeres se tratasen de tu a tu, llegaría un momento en que las mujeres, exceptuando algunos grupos patológicamente afectados, se sentirían muy mal, porque no es ese su campo, no es esa su arena, no podrían valerse de su hábil esgrima, la naturaleza de ellas las disfraza de débiles para dominar y, al hombre, su naturaleza, lo disfraza de fuerte para ser dominado y, así, dentro del respeto mutuo que debe existir entre seres civilizados, los dos deben convivir felices; ésta es la esencia.-
La contradicción es lo que ratifica el ser.-
En ninguno de los dos (mujer u hombre) existe superioridad, se necesitan entre si tal cual son y, sus diferencias deben existir porque ellas confirman su existencia.-
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