PAPA TE Y SUS CUENTOS
A: Mis pequeños hijos
CAZANDO MARIPOSAS
Hoy le voy a contar la historia de la PIPITA cuando se fue sin permiso de sus papás a cazar mariposas al río... Fue así: LUPE, la mejor amiga la PIPITA... ¿Se acuerdan? LUPE es la amiga íntima de la PIPITA y ella le dijo; Vamos a cazar mariposas al río... La PIPITA le contestó que no, que eso lo tenía prohibido por sus papás.
Entonces LUPE le dijo: Pero si tus papás no están, salieron a ver a tus abuelitos a la finca... ¿Quién se va dar cuenta que nos fuimos a cazar mariposas al río?... Anda, vamos. Fue así que la PIPITA contestó: Pues en fin, vamos, mis papás andan donde mis abuelitos y no se darán cuenta que fuimos al río a cazar mariposas... Andá, vamos.
Así llegaron al Río.
La PIPITA Y LUPE corretearon a la orilla de la corriente, tras las mariposas... Habían mariposas rojas, amarillas, negras, combinadas; en fin, habían mariposas lindas pero lindas y de todos los colores habidos y por haber.-
La PIPITA cazaba una... LUPE cazaba otra... Después las comparaban haber cual era la más bonita... La tuya o la mía, se decían comparándolas, pero no se podían poner de acuerdo en cual de ellas era más linda... Así pasaron largo rato hasta que se cansaron, entonces se sentaron a comer un delicioso paquete de galletas que habían tenido el cuidado de llevar por si les daba hambre.
Después de descansar largo rato, LUPE le dijo a la PIPITA: Bañémonos, mira que rica está el agua... Buscaremos caracoles, conchas y piedras bonitas... Mira que agua más fresca. Mira que agua más rica... Ahí en la corriente suave... El río esta regio para bañarse... ¡Bañémonos PIPITA!
La PIPITA se opuso y dijo que no, que ella no se bañaba, que sus papás se iban a enojar mucho si se daban cuenta de semejante cosa. LUPE le dijo: No seas tonta PIPITA, bañémonos... ¿Quién se va a dar cuenta que nos bañamos? LUPE comenzó a quitarse la ropa diciéndole a la PIPITA... Anda quítate la ropa, no seas tonta... quítatela... A la PIPITA, viendo que LUPE ya iba a meterse al río, le dieron unas ganas horribles de bañarse y convencida por LUPE, también se desnudó y las dos se metieron al agua.
¡Uf!... Qué rica está el agua, decía LUPE... Exquisita decía la PIPITA... Las dos comenzaron a jugar con el agua y chapaleaban agarradas de las rocas grandes de la orilla del río... Se tiraban piedras, buscaban caracoles, conchas y jugaban y más jugaban. En aquel momento todo era felicidad. Mira LUPE, dijo la PIPITA, mira esta concha que linda... ¡Ah! Contestó LUPE, pero esta es mejor PIPITA, mírala que regia.
LUPE y PIPITA estaban de lo más feliz... Pero no se daban cuenta que Ronquito y su Pandilla estaban espiándolas.
Ronquito el Jefe de la Pandilla, le dijo a sus compañeros: Juguémosles una broma, escondámosles la ropa y a ver que hacen cuando se vean desnudas... ¡Va!... Dijeron todos, hagámoslo ya... Entonces, Ronquito y su Pandilla se llevaron la ropa de la PIPITA y LUPE... Cuando estas salieron del río y se dieron cuenta que no tenían con que vestirse... Imagínense que susto... Las dos desnudas... ¿Pobrecitas, verdad?... Las dos sin ropa, y no se podían ir a su casa desnudas.
¡Y ahora! ¿Qué hacemos PIPITA? Dijo LUPE... ¡Figúrate! ¿Ahora cómo vamos hacer para irnos a casa desnudas?... Busquemos por ahí, dijo la PIPITA, tal vez estén en alguna parte.
LUPE y la PIPITA se dieron a buscar por todas partes, buscaban y buscaban por todos lados, pero nunca encontraron ni rastros de la ropa. pobrecitas... Ya estaban por llorar... Se encontraban totalmente afligidas... Cuando la PIPITA vio casi llorando a LUPE, le dijo: Mira, ya es tarde... Pongámonos hojas y nos vamos a casa.
La PIPITA y LUPE comenzaron a cortas hojas de todo tipo... Hojas grandes... Hojas chiquitas, y con leche de un palo de chilca se las fueron pegando al cuerpo hasta que quedaron completamente cubiertas... Ahora sí, dijo la PIPITA, vámonos a casa... Más ellas no sabían que Ronquito y su Pandilla estaban viendo los apuros de ellas desde arriba de las ramas de un árbol donde se habían encaramado... Todos estaban riéndose de las pobrecitas niñas... Les encantaba verlas pasar apuros.
Bueno, dijo la PIPITA, vámonos ya para la casa. Iban las pobrecitas cubiertas toditas de hojas y la gente que las encontraba se reían de ellas y les hacían burlas. Otras, creían que iban para una piñata de disfraces... Y así, todas apenadas caminaban para sus casas, hasta que se encontraron con el famoso Ronquito y su Pandilla.
Idiay muchachas... ¿Qué les pasó? Dijo Ronquito, muerto de risa con el resto de la pandilla. Entonces la PIPITA les trató mal y llorando les contó lo que les había pasado... Ronquito un poco compadecido les dijo: Mira PIPITA, si me das ese paquete de galletas que llevas bajo el brazo, yo te doy la ropa... Nosotros la tenemos, se las escondimos por hacerles una broma.
La PIPITA y LUPE, ofendidas les dijeron un montón de cosas, pero llegaron al acuerdo de cambiar las galletas por la ropa... Con las mudadas en la mano, pidieron permiso a una señora de una casa vecina para que les diera donde cambiarse... Ya vestidas se fueron cada una para su casa.
Claro en la casa de la PIPITA, como era muy tarde, estaban afligidos esperándola... Cuando le vieron llegar con el peto mojado, el vestido ajado hecho chupón y todavía con hojas pegadas al cuerpo, el papá le regaño y le dijo: Pero PIPITA: ¿Qué es eso?... De donde vienes en esa facha... Pero la mamá intervino y le dijo: Deja de estar preguntando nada a esa vaga... Vos mucho la mimas y por eso es que es así... Dirigiéndose a la niña , continuó: PIPITA vaya ha acostarte ya, ese será su castigo, se pone la pihama y se mete en la cama, pero esto es ya.- La PIPITA llorando se fue a acostar y pasó así tres largos días encerrada en su cuarto, por haber desobedecido a sus papás. Lo mismo le pasó a LUPE... Pero Ronquito y su Pandilla que eran muy amigos de ellas, las llegaban a ver todos los días y les llevaban de obsequio deliciosas galletas, dulces y sorbetes, pero como eran necios y brincones, un día, al salir del cuarto la PIPITA, Ronquito que siempre andaba en mano una vara para andar hincando a sus compañeros y bromeando con ellos, sin querer hincó un lizupo grande que estaba en el alero del corredor de la casa de la PIPITA. Y ahí vino lo bueno, se desprendieron de su panal un montones de avispas, de esas de culo amarillo que son bravas y pican duro, y comenzaron a darse un banquete picando a Ronquito y su Pandilla, quienes pasaron muchos días acostados, inflamados con fiebres y mucho dolor en sus cuerpos... Se fijan, Papá Chu, castiga sin coyunda. Hay que portarse bien.-
José Floripe Fajardo
Estelí, Taguzgalpa, Nicaragua, Enero de 1972
EL CAMPEONATO
Los papás de la Pipita, no eran adinerados, pero hacían sacrificios para que ella estuviera en un buen colegio y pudiera recibir los cursos extra que ofrecía el Centro de Educación para su población estudiantil. Estaban pagando a la Pipita un curso de natación que se impartía en la piscina del colegio.- Los días de clase de nado, la Pipita salía con su traje de baño puesto bajo su uniforme estudiantil, ella nunca hacía oposición a ir a recibir esa clase, por eso sus papás estaban muy ilusionados y tenía la esperanza de ver muy pronto a su hija desplazarse elegantemente sobre un espejo de agua.-
Un día llegó a los papás de la Pipita una invitación para asistir a un concurso de natación que se realizaría entre los alumnos del colegio de la Pipita, los papás de la niña se llenaron de entusiasmo cuando vieron en la lista de los competidores el nombre de su querida hija... ¡Ya! Dijo la mamá, la Pipita será campeona de natación de su colegio... ¡Claro! Dijo el papá, ella es muy disciplinada en esa actividad y puede llevarse algún premio en ese torneo.... ¡Vamos a ir! Y alimentando esas ilusiones pasaron los días hasta llegar a la fecha señalada para el evento.- El papá y la mamá de la Pipita, se alistaron temprano, se pusieron sus mejores ropas y asistieron al colegio a la hora señalada.- El palco alrededor de la piscina estaba lleno de familiares de las competidoras y público en general, entre ellos estaba el Ronquito y su Pandilla, ellos eran la barra más bulliciosa, gritaban vivas a las competidoras, agitaban banderines de colores, sonaban pitos y maracas, armando un alboroto inimaginable.-
Las alumnas competidora ya estaban en fila a un extremo de la alberca, entre ellas estaba la Pipita, no se miraba nerviosa, lucía natural; los papás de todas las niñas estaban inquietos, las mayoría se comía las uñas o hacían gestos y movimientos que denotaban su alterado estado de ánimo... Todos esperaban el triunfo de sus retoños.
El entrenador dio el pitazo de salida y todas la niñas se lanzaron al agua de la piscina... Fue un momento emocionante, las nadadoras entraron al agua casi al mismo tiempo, y luego comenzaron a avanzar sobre el líquido... Todos gritaban animando a la participante de su preferencia, era una alegría general... De repente, el ánimo desminuyó hasta casi sentirse un silencio y luego se escuchó un grito unánime diciendo: ¡Pipita! ¿Qué le pasa a la Pipita? La niña no se había tirado al agua y estaba de pie a la orilla de la pila, con su cara entre sus brazos llorando.... Ronquito y su Pandilla, le gritaban: Pipita cobarde, miedosa, nos servís para nada, mientras corrían al otro lado de la piscina para ver mejor a la que llegara primero a la meta; mientras se escuchaba la algarabía por el triunfo de la triunfadora, los papás de la Pipita, llegaban corriendo a la par de ella y preguntaban afligidos, qué le había pasado... La Pipita no podía contestar, estaba muerta en llanto; su papá y su mamá, la abrazaron y la sacaron del lugar llevándola a casa... Que terrible fue para aquellos padres el fracaso de su hija.- Después que pasó la emoción del momento, la Pipita explicó a sus padres que ella no iba a las prácticas, que la mayor de la veces se iba a casa de Lupe a jugar muñecas y que ella no había entrenado casi nada.-
El Papá, desconsolado y triste, le reclamó a la Pipita su mala conducta, y le hizo ver el sacrificio económico que ellos hacían para que ella asistiera al colegio y recibiera todas las clases extra que ofrecía el centro, sólo con el fin de buscar su preparación viendo como garantizar en cierta forma su futuro... Los padres de la Pipita estaba compungidos y avergonzados de lo que había sucedido... La Pipita, entendió lo que estaba pasando y con llanto entrecortado por suspiros, les dijo a sus papás: Siento mucho lo que pasó, lo siento en el alma, pero les prometo que en las próximas competencias yo ganaré, te lo aseguro papá, te lo garantizo mamá, yo ganaré... Los afligidos padres abrazaron a la Pipita y trataron de calmarla, entendían que los hechos no bien entendidos podían causarle a la Pipita serios traumas en sus tiernos sentimientos.-
El tiempo que todo lo cura iba pasando cicatrizando las heridas, sólo Ronquito y su Pandilla, cuando encontraban a la Pipita le gritaban calificándola de cobarde, a la Pipita esto le molestaba mucho, pero también comprendía que ella había fallado, que había sido irresponsable y estaba dispuesta a salir adelante y corregir los efectos de ese mal comportamiento...Ella ya estaba entrenando mucho en la disciplina de la natación y portándose de lo mejor en todas sus obligaciones... Sus papás se habían dado cuenta del cambio de actitudes en su hija y estaban recuperando la fe en ella llenos de alegría.-
Un día volvió a llegar la invitación para la nueva competencia, los padres de la Pipita no estaban con deseos de asistir, no querían exponerse a otro espectáculo parecido al anterior.- La Pipita comprendió lo que sucedía y los enfrentó diciéndoles: Yo les prometí corregir mi error, y repararé esa falta, pero necesito que me acompañen y me estimulen, me es preciso crean a mí, yo les hice una promesa y cumpliré, quiero que ir con ustedes, ese será el comienzo de mi triunfo... Las últimas palabras las dijo casi llorando... Los padres, se volvieron a ver como entendiendo lo que estaba pasando, abrazaron a la Pipita y el papá dijo: Si, Pipita, iremos contigo, siempre te acompañaremos en tu vida, pase lo que pase estaremos siempre a tu lado.-
El día de la competencia, todo fue igual a lo de la vez anterior, ahí estaba el público gritando, animando y alegrando el momento.- Cuando entró la Pipita y sus papás, la Pandilla de Roquito gritó: Ahí está la Pipita, viene a quedarse de pie a la orilla de la piscina, esa no sirve para nada... El papá de la Pipita al oír aquello, animó a su hija, la abrazó y le dijo: Adelante hijita mía, demuestra que tu eres buena en todo.-
Las niñas competidoras ya estaban en fila a la orilla de la pila, de repente se oyó el silbato del entrenador ordenando la salida, todas cayeron en el agua como una sola persona, pero la Pipita se había quedado de pie otra vez a la orilla de la piscina, y se escuchó a coro un grito de asombro: “Miren a la Pipita” Con gesto de suficiencia e indiferencia, la Pipita escuchó el grito, y dijo: “Que avancen” e inmediatamente se lanzó al agua y con braceada perfecta alcanzó a las nadadoras y les ganó la delantera... El griterío era insoportable, todos la animaban a ganar, y la meta fue de ella... La Pipita había ganado.- La gente la besaba, la abrazaba y la felicitaban, sus papás no aguantaban el contento, gritaban, brincaban y alzaban en brazos a la Pipita.- La Pandilla de Ronquito, más turulatos que otra cosa decían: La Pipita es la Reina de nuestra Pandilla, a ella la entrenamos nosotros... La Pipita les quedaba viendo con lástima y orgullo, muy satisfecha de su triunfo.- Los papás, en premio, la llevaron a una sorbetería y le regalaron conos de distintos sabores, confites, repostería y hasta le prometieron llevarla a cine de matiné el domingo siguiente y por la tarde ir a los Carros Chocones, a los Caballitos y a la gran Rueda Chicago
Estelí, Taguzgalpa, Febrero de 1972
ERA UN REY
Se cuenta que en un lugar de la tierra existe un reino prolífico; pero ahí
nadie tenía nada porque todo, todo era sólo del Rey.- Este Rey era muy malo y ambicioso; robaba lo que se le antojaba y le gustaba, mataba muchos súbditos y mantenía las cárceles llenas de gente que a él no le simpatizan; los habitantes de aquel reino, con el tiempo, se acostumbraron a ver a su Rey hacer y deshacer de hacienda y vida del pequeño país, el que había transformado en su Gran Imperio.- Ahí, sólo se ve todos poderosos, al Rey, a Su Ejercito y Servidumbre; el pueblo estaba indigente, miserable y muerto de hambre.-
Así pasó el tiempo, mucho, mucho tiempo; mas sucedió un día que el Príncipe, hijo dilecto del Rey, creció, entonces, el Rey le dio bastante, pero muchísimo poder, tanto, que hasta el mismo Rey se empequeñeció ante el hijo, y los habitantes se estaban volviendo enanos y eunucos,.. Desde entonces fueron las cosas de mal en peor hasta llegar a lo inaguantable,-
El reino tiene unos pueblitos, distantes de la Ciudad del Rey; los vecinos de estos lugares, son humildes y sencillos, pero muy valientes y no estaban de acuerdo con los procedimientos del malvado Rey y su Chigüín... Un día, se reunieron todos, y llenos de indignación, a una sola voz, gritaron: ¡BASTA YA! El tremendo grito, en clamor, se escuchó por todo los pueblos del mundo, y en todas las montañas el eco repitió: ¡BASTA YA! ¡BASTA YA!
El Rey y el Príncipe montaron en cólera y llenos de furor mandaron a su Ejército a exterminar todo lo existente en esos poblados.- La Poderosa Guardia del Rey, dirigida por El Príncipe, llevaban tanques, cañones, aviones y metrallas manejadas por miles de zombis sedientos de sangre; los habitantes de los pueblitos sólo tenían como armas, palos de escobas, machetes, cuchillos, piedras, triquitraques, rifles y pistolas de balín.- Pero así, esperaron al Real Ejército y le dieron la batalla.
Que sorpresa la de todo el mundo, cuando el Ejército Invencible, no pudo derrotar al puñado de valientes que, defendía aquellas nobles poblaciones.- Por más esfuerzos de avanzada que hacía el Glorioso Ejército del Rey, no podía penetrar en las calles de aquellos poblados... Ahí estaba su gente defendiéndoles hasta con las uñas y los dientes; los atacantes eran impotentes.
El Rey y El Príncipe, histéricos de furia, ordenaron arrasar con bombardeo aéreo, todas esas poblaciones; entonces, el “”Consejo de Ancianos”” deduciendo que la destrucción y la matancina de gente indefensa sería terrible, decidieron sa¬crificarse ellos y retirar a sus jóvenes hacía las montañas, para tratar sí de evitar la ruina total de sus queridas aldeas y conser¬var la estirpe.-
Cuando los defensores se replegaron a sitios seguros, La Guardia del Rey y el Príncipe se dieron gusto: Robaron a diestra y siniestra, quemaron casas y asesinaron mujeres indefensas y niños desamparados; así se quitaban la furia de no poder vencer aquellos valientes y heroicos jóvenes que se defendían con utensilios rudimentarios y la Fuerza de los Justos.- LOS CASERIOS SE PERDIERON... El Ejército del Rey y el Príncipe los desbarataron, matando y destruyendo vecindarios desvalidos; pero sus muchachos, hombres y mujeres, tomaron las montañas y siguie¬ron gritando ¡BASTA YA! ¡BASTA YA! El alarido retumbaba en los ámbitos de la tierra y el universo entero repite ¡BASTA YA!” ¡BASTA YA¡
El Rey, El Príncipe y sus partidarios, están desesperados, no aguantan en sus oídos el “”BASTA YA" cósmimo.- Compraron miles de orejeras especiales y se las pusieron para no oír ese llamado telúrico y humano, pero el grito les penetraba hasta en la mé¬dula de los huesos:
¡BASTA YA¡ ¡BASTA YA!
El Rey y El Príncipe, su poderoso ejército y sus fieles servi¬dores por muchos meses pasaron repitiendo en obcecada letanía:
¡Malditos!... ¡Mátenlos!... ¡Extermínenlos!... ¡Exorcícenlos!... ¡Tienen pacto con el Diablo!.. ¡Embrujados!.. ¡Fantasmas!.... Hijos de Satán!...
Dicen que hasta la fecha están así... ¡Pobrecitos¡... Ese Rey, el Príncipe y sus Criados, enloquecieron totalmente ... No resistieron la derrota que les infringió un pueblo que quería ser libre.-:
Se cuenta que los jóvenes de esos lugares regresaron a luchar y que no dejaron de hacerlo hasta lograr su liberación total.-
Granada, 16 de Octubre del 79
jueves, 12 de marzo de 2009
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