Estelí, 9 de Noviembre del 2007
En Nicaragua, los estudiantes de la carrera de Periodismo o Ciencias de la Comunicación, en su gran mayoría, son jóvenes provenientes del estrato económico medio a menos, esto indica que después de su graduación tienen necesidad imperante de buscar trabajo en el campo de su profesión o en cualquier otro medio de vida. En cierta forma, esto lo vuelve vulnerable a la manipulación salarial.
Los dueños de los Medios de Comunicación, no son personas de mucho poder económico; de algún modo pudieron obtener los fondos, la maquinaria y los aspectos secundarios para montar empresas de esta naturaleza, pero su estatus económico no pasa de ser pequeño empresario que vive ajustado a lo que le produce su factoría, dependiente de la venta de su mercancía a las grandes empresas que necesitan de ella.
Los Grandes Empresarios, los Fuertes Inversionistas, El Verdadero Capitalista, protegidos y amparados por las poderosas fuerzas del Imperio, compran la producción que venden los Medios de Comunicación, siempre y cuando, éstos, en sus manifestaciones, no menoscaben, hieran o pongan en duda la filosofía política bajo la cual ellos medran. El Gran Capital a través de sus Cámaras de Comercio, Industria y demás asociaciones afines, bajan instrucciones a los afiliados a sus organizaciones para que la política sobre publicidad que ellos generen sea bajo la misma tónica, con esto, la represión se generaliza y oprime a la publicidad en forma total. El medio de comunicación o periodista particular que en sus apreciaciones públicas fustiguen en algo la política en que se sustenta las inversiones del Gran Capital, es purgado del favorecimiento económico de éste, por lo tanto una actitud contraria a la filosofía que los favorece, llevaría a lo Medios de Comunicación a la quiebra y periodistas independientes que se atrevieran a tomar caminos de libres pensadores, irían al ejército de desempleados. El panorama escuetamente expuesto, en el ámbito del universo de la comunicación nacional, produce un gran sector de comunicadores sometidos a la renuncia de su “yo” y obligados por el temor al hambre, a publicitar sólo lo necesario e indispensable para el Gran Capital, auque esto vaya en contra de sus más caros sentimientos.
Por otro lado, la prensa de hoy vive de noticias amorales, degeneradas, amarillistas y sangrientas; nuestro pueblo pasó de sentirse protegido por la prensa a ser presa del miedo a ella, amenazado de ser protagonista de un escándalo social por cursilerías del entorno. Los casos no se investigan, cualquier chisme de vecino se da por cierto y se publica con todos los elementos en grado superlativo. Los sucesos sangrientos son publicitados con bombo y platillo sin importar el daño que hace socialmente a los implicados. La Nota Roja se ha vuelto un medio de producir mucho dinero, y eso es lo que vale, si produce dinero, no importa de donde o como viene... Que venga.
En este ambiente, existe un pequeño grupo de divulgadotes que se rifan contra las actitudes inhumanas del Gran Capital y los halagos monetarios, y sin importar las adversas consecuencias que se les anuncia a cada paso, sus pensamientos, sus plumas y sus ideales van como estandarte en los combates que se realizan a favor de la sociedad en general o de los siempre desposeídos de la tierra. En el pasado, los Chicos de la Prensa, lo manejadores del Cuarto Poder, era un grupo de jóvenes llenos de dignidad, hombría, carácter y honorabilidad, vivían perseguidos por las fuerzas opresoras del tirano de turno y sometidos a la tiranía económica del Gran Capital; en su andar, pasaban hambre, aguantaban torturas, resistían cárceles, eran expulsados del país y en muchas ocasiones asesinados para callar sus voces acusadoras y valientes; se llegó al extremo de crear el Periodismo de Catacumbas, medio en que a diario se arriesgaba la vida con el fin de ser voceros de los intereses de los sectores perseguidos, explotados y empobrecidos de la nación. Existían medios de comunicación y divulgadores reptantes, pero eran pocos y repudiados por la mayoría de las clases sociales de ese entonces.
Como se puede observar con meridiana claridad, en la actualidad, en el campo de los Profesionales de la Comunicación, existe un gran sector, la mayoría, que se vende al mejor postor, que alquila su conciencia, que margina sus sentimientos más íntimos para ponerse al servicio del Gran Capital, que le paga para poner sus habilidades de comunicador a favor de la causa que a él le convenga. Se han vuelto un ejército de muy alta peligrosidad, ahora, en vez de ser Cuarto Poder, se han transformados en un poder muy superior, arrasan implacable y furiosamente todo lo que esté en contra de los intereses de sus amos. Esto no es más que el inequívoco trabajo mercenario. La mayoría de los medios y profesionales de la Ciencia de la Comunicación son cuarteles y batallones de Mercenarios de Nuevo Cuño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario